Cada año se cuentan por miles los niños que nacen con defectos congénitos en las válvulas cardíacas, unos sistemas que impiden que la sangre fluya en sentido contrario. Sin embargo, el mercado no cuenta, a día de hoy, con válvulas cardíacas artificiales que hayan sido diseñadas específicamente para bebés.
En este sentido, los pequeños se deben someter a múltiples cirugías cardíacas a medida que van desarrollando su organismo para ir reemplazando, progresivamente, los implantes valvulares. Así mismo, y dado que los dispositivos no han sido diseñados para los recién nacidos, es frecuente que los cirujanos tengan que hacer modificaciones en el quirófano.
"Con bastante frecuencia, las válvulas cardíacas diseñadas para adultos requieren modificaciones significativas para poder utilizarse en niños"
Conscientes de esta problemática, el Laboratorio Draper de Massachusetts (Estados Unidos) ha impulsado una pequeña válvula cardíaca que se va expandiendo a medida que va creciendo la anatomía cardíaca del niño. Así, el mecanismo puede esparcirse más del doble de su diámetro original, lo que permite que una sola válvula sea útil para un niño desde su llegada al mundo hasta, aproximadamente, los seis años de edad.
"Con bastante frecuencia, las válvulas cardíacas diseñadas para adultos requieren modificaciones significativas para poder utilizarse en niños", explica el doctor Sitaram Emani del Boston Children's Hospital. "En algunos casos, los cirujanos se ven obligados a acortar o eliminar partes del estent, agregar puntos de sutura o anclar un extremo en el ventrículo para minimizar el movimiento".
"La adaptación de la válvula al crecimiento del niño se realiza a través de una expansión con un catéter con balón, lo que implica un procedimiento invasivo, el uso de anestesia y la visita al hospital cada 14 meses"
El propio facultativo apunta que, en la actualidad, "la adaptación de la válvula al crecimiento del niño se realiza a través de una expansión con un catéter con balón, lo que implica un procedimiento invasivo, el uso de anestesia y la visita al hospital cada 14 meses". "Todas estas circunstancias ponían de manifiesto un nuevo enfoque que hacía necesario desarrollar una válvula cardíaca pediátrica", concluye.
Gracias a la ayuda del equipo de profesionales del centro pediátrico de Boston, el equipo de especialistas ha impulsado dos diseños de la nueva válvula. Ahora, el equipo debe someter el mecanismo a pruebas ex vivo antes de probar su eficacia en animales.