Resulta evidente que la tecnología de impresión 3D ha revolucionado tanto la forma en la que se diseñan los nuevos dispositivos médicos como la atención sanitaria que se presta con los mismos, lo que deriva en unos tratamientos más accesibles y personalizados para los pacientes.
Hasta ahora, muchos han sido los equipos de investigación que han desarrollado una gran variedad de prótesis externas e, incluso, implantes de órganos. En este contexto, un grupo de especialistas de la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland (Estados Unidos) han utilizado esta técnica de impresión para desarrollar pequeñas prótesis a medida para reemplazar partes dañadas del oído medio.
"La impresión 3D puede permitir que cada prótesis se adapte a la anatomía del oído medio de cada paciente"
Según explica el investigador principal y autor del estudio, el doctor Jeffrey Hirsch, "la cirugía reconstructiva para tratar la pérdida autidiva tiene una alta tasa de fallos, debidos, en parte, al tamaño incorrecto de los huesos protésicos que se implantan". "La impresión 3D puede permitir que cada prótesis se adapte a la anatomía del oído medio de cada paciente".
Para comprobar la efectividad del sistema, los investigadores obtuvieron estas estructuras óseas de cadáveres humanos y, acto seguido, los visualizaron mediante tomografías computarizadas (TC). A partir de entonces, el equipo creó las prótesis a través de tinta de resina activada con radiación ultravioleta. Como resultado, los cirujanos pudieron hacer coincidir con éxito los huesos impresos en 3D en el oído medio de los citados cadáveres.
Piezas submilimétricas del sistema tridimensional impulsado por la Universidad de Maryland
"Este proyecto pone de manifiesto una de las varientes más importantes de la impresión 3D: la capacidad de reproducir con gran precisión las relaciones anatómicas en el espacio a un nivel submilimétrico", señala el propio doctor Hirsch. "Con estos modelos, el ajuste es casi perfecto".
Así mismo, el equipo de la Universidad de Maryland señala que las prótesis tridimensionales no solo pueden desembocar en unas mayores tasas de éxito debido a un ajuste milimétrico, sino que también pueden reducir los tiempos quirúrgicos y, por lo tanto, disminuir los costes relacionados.