La Universidad de Texas en Arlington (Estados Unidos) ha obtenido una patente para una piel electrónica altamente sensible que, según sus creadores, podría dotar a los dispositivos protésicos un gran sentido del tacto. Esta nueva e-skin presenta un denso bosque de nanoalambres de óxido de zinc flexible en su superficie. Cuando entra en contacto con algo, cada nanoalambre genera una pequeña señal eléctrica que indica que ha sido tocada.
El dispositivo en sí no requiere ninguna fuente de alimentación externa, ya que los nanocables pueden crear su propia corriente eléctrica, que es suficiente para producir una señal útil. Los nanocables son absolutamente minúsculos, llegando a un tamaño 200 veces inferior al del cabello humano. Esto proporciona a la e-skin una capacidad muy significativa para sentir las cosas que se rozan contra ella, incluso más que la piel natural de los seres humanos.
Además de tener capacidades de detección táctil, el e-skin también puede averiguar cambios de temperatura, un importante factor de usabilidad y seguridad para futuras prótesis
Debido a que los nanocables se colocan dentro de una base flexible, todo el dispositivo se puede moldearen diferentes formas que combinen con una prótesis, como puede ser el caso de una mano. Además de tener capacidades de detección táctil, el e-skin también puede averiguar cambios de temperatura, un importante factor de usabilidad y seguridad para futuras prótesis.
"Estos sensores son muy sensibles y si se aplicaran con una huella dactilar parcial, la tecnología podría ayudar a identificar quién es esa persona", ha señalado Zeynep Çelik-Butler, uno de los principales investigadores del dispositivo. "Imagínense que las personas puedan determinar la identidad de otro individuo con este sistema", ha sentenciado.