Un equipo de investigadores del Laboratorio de Dispositivos Nanoelectrónicos, integrados en la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza), ha desarrollado un nuevo sensor que permite analizar en el sudor de los seres humanos biomarcadores útiles para la detección de enfermedades. Así mismo, el dispositivo es capaz de estudiar otros parámetros como la temperatura de la piel o los niveles de pH.
El grupo de especialistas, con el profesor Adrian Ionescu a la cabeza, ha presentado este innovador sistema en la Reunión Internacional de Dispositivos Electrónicos (IEDM, por sus siglas en inglés International Electron Devices Meeting) celebrada en San Francisco (Estados Unidos).
El mecanismo se compone de una pequeña bomba de doble capa que permite el paso de cantidades microscópicas de sudor en el chip para que, acto seguido, sus cuatro sensores de silicona analicen las muestras. Estos sensores apenas suman una dimensión de 20 nanómetros de grosor y, cada uno de ellos, está cubierto con diferentes materiales, lo que tiene como resultado una reacción diferente ante cada biomarcador.
"Incluso los sistemas más avanzados de sensores que se utilizan hoy en día son 10.000 veces más grandes que los nuestros y necesitan un mayor volumen de sudor para poder analizar biomarcadores de manera efectiva"
Atendiendo a los detalles concretos de la precisión del sensor, macromoléculas como las proteínas, los electrolitos o los metabolitos pueden ser analizadas, de forma rigurosa, por el sistema de detección impulsado por la Escuela Politécnica Federal de Lausana.
Los investigadores explican que el chip de detección mide menos de un centímetro cuadrado y está ideado para hacer un contacto directo con la piel. La forma exacta de integrar el sensor en un mecanismo más complejo, así como los detalles exactos de dónde y cómo posicionarlo en la piel, correrá a cargo de las compañías que estén interesadas en la adquisición del artilugio.
"Nuestro dispositivo es el único que incluye este complejo sistema en un chip", explica Adrian Ionescu. "Incluso los sistemas más avanzados de sensores que se utilizan hoy en día son 10.000 veces más grandes que los nuestros y necesitan un mayor volumen de sudor para poder analizar biomarcadores de manera efectiva", sentencia el docente.