Hace unos años, un equipo de científicos hallaron que si se enviaba luz intermitente hacia los ojos y los oídos de ratones con enfermedad de Alzheimer a 40 hertzios, se conseguía un marcado descenso en las placas amiloides de sus cerebros.
Las investigaciones no fueron mucho más allá, por lo que ahora un equipo de científicos del Instituto de Tecnología de Georgia y la Universidad Emory (Estados Unidos) ha movido ficha y ha buscado comprender por qué la terapia parece funcionar en estos modelos animales y qué repercusión tendría a la hora de abordar la enfermedad de Alzheimer.
Los autores han observado una mayor concentración de citocinas que dan como resultado estados fagocíticos microgliales, que limpian el material de la placa
Es preciso recordar que las placas amiloides son uno de los principales indicadores subyacentes al desarrollo de esta patología. Así, los expertos expusieron, durante una hora, a ratones sanos a un parpadeo de luz de 40 hertzios. Utilizaron un grupo de grupo de control de ratones expuestos a un modo de parpadeo diferente como control.
Al estudiar la química de los cerebros de los ratones tratados, los autores han observado una mayor concentración de citocinas que dan como resultado estados fagocíticos microgliales, que limpian el material de la placa, incluidas IL-6 y IL-4, además de quimiocinas microgliales, como M-CSF y MIG.
Estas pesquisas se realizan en paralelo a un estudio en humanos que evalúa la efectividad de los parpadeos de luz en pacientes con enfermedad de Alzheimer y ayuda a explicar el mecanismo subyacente, que podría ser el mismo en humanos. Tal y como declararon los investigadores, los efectos de las citocinas variaron dependiendo de la frecuencia de la estimulación de la luz, lo que podría expandir la capacidad de este tipo de terapia para otras afecciones.