Numerosas investigaciones han demostrado que tanto la calidad como la cantidad de sueño pueden influir en el riesgo de desarrollar Alzheimer. Ahora, un nuevo estudio sugiere que incluso las personas que tardan significativamente más tiempo en iniciar la fase de sueño onírico, conocida como movimiento ocular rápido (REM), podrían estar experimentando un indicador precoz de la enfermedad.
El sueño REM es la última parte de las tres fases del sueño, cada una más profunda que la anterior. Las cuatro, tardan 90 minutos o más en completarse, según la edad, y una persona puede llegar a atravesarlas cuatro o cinco veces en una noche normal. Por ello, en el caso de las personas mayores, suele ser habitual que tarden más en alcanzar el sueño REM. "El retraso en el sueño REM altera la capacidad del cerebro para consolidar recuerdos al interferir con el proceso que contribuye al aprendizaje y la memoria", apunta el Dr. Yue Leng, profesor asociado en el Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la UCSF.
"El retraso en el sueño REM altera la capacidad del cerebro para consolidar recuerdos"
En esta misma línea, el profesor señala que en el caso de que el sueño sea insuficiente y la fase REM no sea la óptima, “puede aumentar la hormona del estrés, el cortisol”. Una situación que, tal y como explica el experto, podría “dañar el hipocampo del cerebro, una estructura fundamental para la consolidación de la memoria”.
En cuanto a la propia investigación, los autores monitorizaron a 128 personas con una edad promedio de 70 años de la Unidad de Neurología del Hospital China-Japan Friendship, de los cuales la mitad tenían Alzheimer y un tercio deterioro cognitivo leve. Los participantes durmieron una noche en la clínica para que los investigadores pudiesen medir rasgos como su actividad, el movimiento ocular, la frecuencia cardíaca y la respiración.
Los investigadores dividieron a los participantes en sueño REM temprano y tardío. En promedio, el primer grupo contabilizo un sueño REM de menos de 98 minutos después de quedarse dormido, mientras que el grupo tardío lo alcanzó más de 193 minutos después. Además, descubrieron que las personas con Alzheimer tenían más probabilidades de tener un sueño REM retrasado y también tendían a tener niveles más altos de las dos proteínas tóxicas, amiloide un 16% y tau un 29% más.
"Tratar afecciones como la apnea del sueño y evitar el consumo excesivo de alcohol, ya que ambas pueden interferir en un ciclo de sueño saludable”
“Las investigaciones futuras deberían estudiar los efectos de ciertos medicamentos que influyen en los patrones de sueño, ya que estos pueden modificar la progresión de la enfermedad”, resalta Leng, que además añade que la melatonina puede potenciar el sueño REM, tal y como han demostrado los estudios realizados en ratones. Además, los investigadores aclaran que se ha demostrado que otros medicamentos que tratan el insomnio bloqueando una sustancia química que suprime el sueño REM disminuyen la acumulación tanto de tau como de amiloide.
Como principal medida, los autores del estudio apuntan que para tratar de reducir el riesgo de desarrollar Alzheimer se deberían adoptar hábitos de sueño saludables que faciliten la transición de sueño ligero al sueño REM. “Esto incluye tratar afecciones como la apnea del sueño y evitar el consumo excesivo de alcohol, ya que ambas pueden interferir en un ciclo de sueño saludable”, concluye el Dr. Dantao Peng, del Departamento de Neurología del Hospital China-Japan Friendship.