Un equipo de investigación de la Universidad de Ottawa ha hecho un hallazgo prometedor en la lucha contra el glioblastoma, un tipo de tumor cerebral altamente agresivo y, hasta ahora, difícil de tratar. Según el estudio, el medicamento edaravona, aprobado inicialmente para la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), muestra potencial para ser efectivo contra el glioblastoma, un cáncer cerebral con una tasa de supervivencia media de apenas 15 a 18 meses.
Esta investigación ha revelado que la edaravona no solo es capaz de atravesar la barrera hematoencefálica y llegar al cerebro, sino que también tiene la capacidad de atacar las células madre tumorales, bloqueando el complejo NLE1-Notch1, el cual es crucial para la supervivencia y proliferación de estas células malignas.
El glioblastoma se caracteriza por su resistencia a los tratamientos convencionales, como la quimioterapia y la radioterapia, debido a la presencia de células madre tumorales que impulsan su crecimiento y que son altamente resistentes a estos tratamientos. Estas células madre tumorales activan vías de señalización específicas, que les permiten renovarse y hacer que el tumor se mantenga en crecimiento. La edaravona actúa inhibiendo estas vías de señalización, especialmente el complejo NLE1-Notch1, limitando así la capacidad de las células madre tumorales para renovarse y sobrevivir.
En los resultados se ha observado una reducción del crecimiento tumoral y una mayor sensibilidad a la radioterapia
Sin embargo, la acción de la edaravona no solo reduce la capacidad de las células para autorrenovarse, sino que también potencia la eficacia de la radioterapia al hacer que las células cancerosas sean más sensibles a la radiación. Esto podría suponer un cambio importante en el tratamiento del glioblastoma, ya que actualmente es muy difícil destruir por completo el tumor, y las células que sobreviven al tratamiento tienden a reproducirse rápidamente, causando recidivas que son difíciles de controlar.Al inhibir las vías de señalización esenciales en estas células madre, la edaravona no solo reduce la proliferación, sino que también permite que el tratamiento con radiación sea más efectivo, lo que se traduce en una reducción significativa del crecimiento tumoral en modelos animales.
Los estudios preclínicos han mostrado resultados alentadores en modelos animales, donde se ha observado una reducción del crecimiento tumoral y una mayor sensibilidad a la radioterapia. Estos resultados sugieren que la edaravona podría convertirse en una opción terapéutica efectiva para pacientes con glioblastoma.
Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer antes de que el tratamiento esté disponible en la práctica clínica. Los próximos pasos incluirán ensayos clínicos en pacientes humanos para evaluar tanto la seguridad como la eficacia de la edaravona en el tratamiento del glioblastoma.
El reposicionamiento de fármacos representa una estrategia prometedora en oncología
El descubrimiento de que la edaravona tiene un efecto inhibidor sobre las células madre del glioblastoma abre nuevas vías de investigación en el tratamiento de este tipo de tumores cerebrales. El reposicionamiento de fármacos representa una estrategia prometedora en oncología. Este enfoque permite aprovechar la seguridad y la farmacocinética ya conocidas de los medicamentos existentes, lo que acelera el proceso de I+D y reduce los costes y tiempos asociados a la creación de nuevos fármacos desde cero.
Aunque los resultados actuales son preliminares y deben ser confirmados en estudios clínicos, este descubrimiento podría significar una nueva esperanza para los pacientes con glioblastoma. De esta manera, la combinación de edaravona con radioterapia podría potencialmente aumentar la supervivencia y mejorar la calidad de vida de los pacientes, marcando un avance significativo en el tratamiento de esta agresiva forma de cáncer cerebral.