Cuenta Gert-Jan Oskam en 'Wings for Life World Run' que tras tener un accidente de tráfico en 2011 los médicos le dijeron que no volvería a caminar. De hecho, apenas podía mover los brazos. Fue entonces cuando se propuso "hacer todo lo posible para demostrar que estaban equivocados". En 2017 se apuntó a un ensayo clínico que le permitió volver a caminar a través de impulsos de electrodos. Ahora, tras un nuevo estudio, ha recuperado el control voluntario y total de su capacidad motora, según publican investigadores suizos en 'Nature'.
Hace seis años el Hospital Universitario de Lausana puso en marcha el estudio STIMO (Stimuation Movement Overground), un ensayo clínico en el que le insertaron mediante cirugía unos electrodos en la parte inferior de la espalda. Los impulsos elétricos en la médula espinal estimularon sus músculos y le permitieron ponerse en pie y caminar.
Primero unos paso con arnés, después con muletas, y tras ellos unos 100 pasos por sin ayuda, antes de acabar cansado. Alcanzó el tope de recuperación posible. Sin embargo, no era un movimiento voluntario. Tampoco le había librado de la silla de ruedas.
El BSI consiguió un control voluntario, natural y más adaptativo sobre el tiempo y la amplitud de la actividad muscular, y sobre estar de pie o caminar
De esta forma, el equipo de la Universidad de Lausana pusieron en marcha el estudio STIMO-BIS, un ensayo, que esta vez, sí ha permitido caminar de forma natural a Oskam, e incluso recuperar parte de su capacidad neurológica, publican en 'Nature'.
PUENTE ENTRE EL CEREBRO Y LA MÉDULA ESPINAL
Como señalan los investigadores, se trata de un interfaz que conecta el cerebro y la columna vertebral (BSI) con un sistema de estimulación dirigida a las señales corticales del cerebro que mandan sobre la marcha y a las regiones de la médula espinal que produce el movimiento. El implante se introdujo a través de una cirugía neurológica de rápida recuperación. Oskam fue dado de alta 24 horas después de la intervención.
El BSI consiguió un control voluntario, natural y más adaptativo sobre el tiempo y la amplitud de la actividad muscular, y sobre estar de pie o caminar. En comparación con un sistema de estimulación sin la interfaz, los movimientos con el BSI eran más similares a un individuo sin lesión medular.
"El concepto de un puente digital entre el cerebro y la médula espinal augura una nueva era en el tratamiento de los déficits motores por trastornos neurológicos"
Con este sistema, Oskam es capaz de subir y bajar una rampa empinada "con facilidad", indican los investigadores. También subir escaleras; antes, solo con la estimulación, era muy difícil para él. Y consiguió mejorar su recuperación neurológica, que se había quedado estancada antes. El paciente ha ganado un mejor movimiento de la cadera incluso sin estimulación. De hecho, es capaz de caminar con muletas y sin el sistema.
Los investigadores reconocen que al ser un sistema adaptado a un individuo no saben si tendrá los mismos resultados para otras lesiones. Sin embargo, "varias observaciones sugieren que este enfoque será aplicable a una amplia población de personas con parálisis", indican los autores. "El concepto de un puente digital entre el cerebro y la médula espinal augura una nueva era en el tratamiento de los déficits motores por trastornos neurológicos", concluyen.