Los accidentes cerebrovasculares representan la principal causa de discapacidad neurológica en todo el mundo, y casi el 90% de estos eventos son resultado de una reducción o bloqueo del flujo sanguíneo al cerebro, lo que provoca la muerte de células cerebrales.
Sin embargo, la detección temprana de los riesgos asociados a un accidente cerebrovascular sigue siendo un desafío, ya que actualmente no existe un método accesible y eficaz para evaluar a los pacientes en busca de signos físicos que indiquen que un accidente cerebrovascular podría ser inminente.
En este contexto, investigadores del Instituto de Tecnología de California (Caltech) y de la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California han desarrollado un innovador dispositivo que, mediante el uso de auriculares, permite monitorizar de forma no invasiva el flujo y el volumen sanguíneo en el cerebro. Este nuevo método tiene el potencial de revolucionar la atención médica en cuanto a la detección de riesgos.
Este dispositivo podría cambiar la manera en que se evalúa el riesgo de accidente cerebrovascular, proporcionando a los médicos una herramienta objetiva basada en mediciones fisiológicas
Simon Mahler, investigador postdoctoral en Caltech, afirma que este dispositivo podría cambiar la manera en que se evalúa el riesgo de accidente cerebrovascular, proporcionando a los médicos una herramienta objetiva basada en mediciones fisiológicas.
El dispositivo, conocido como CSOS (Cranial Optical Sensing), funciona mediante un sistema láser que emite luz infrarroja a través del cráneo hacia el cerebro. Una cámara especial recoge la luz dispersada que interactúa con la sangre en los vasos sanguíneos. Esta técnica, denominada espectroscopia óptica de contraste de moteado (SCOS), permite medir la reducción de la intensidad de la luz a medida que atraviesa el cráneo, proporcionando información valiosa sobre el volumen de sangre en los vasos cerebrales.
El CSOS ha demostrado ser eficaz para distinguir entre individuos con bajo y alto riesgo de accidente cerebrovascular. Durante un estudio piloto, 50 participantes usaron el dispositivo mientras se sometían a una "prueba de esfuerzo" que implicaba contener la respiración. Los resultados mostraron que el dispositivo pudo diferenciar con éxito entre los dos grupos de riesgo, analizando los cambios en el flujo y el volumen sanguíneos durante la prueba.
Esta nueva tecnología ofrece una alternativa más accesible y económica en comparación con los métodos actuales, que dependen de pruebas de diagnóstico por imagen costosas, como la resonancia magnética (RM) o la tomografía computarizada (TC). Dado que el dispositivo es portátil, se puede utilizar en una variedad de entornos clínicos, lo convierte en una herramienta valiosa, especialmente en países en desarrollo donde el acceso a la atención médica puede ser limitado.
"Con este dispositivo, por primera vez, vamos a tener una manera de saber si el riesgo de que alguien sufra un derrame cerebral en el futuro es significativo o no"
"Con este dispositivo, por primera vez, vamos a tener una manera de saber si el riesgo de que alguien sufra un derrame cerebral en el futuro es significativo o no", comenta Mahler. La esperanza es que, a medida que la tecnología avance y se implemente, pueda contribuir a una detección más temprana y efectiva de los riesgos de accidente cerebrovascular, mejorando así la salud y el bienestar de muchas personas.
El equipo de investigación tiene planes para refinar el dispositivo, incorporar aprendizaje automático en la recolección de datos y realizar ensayos clínicos a largo plazo. El objetivo es que esta tecnología no solo sirva para evaluar el riesgo de accidente cerebrovascular, sino que también pueda ayudar a identificar la localización de uno que ya ha ocurrido. Este innovador enfoque para la detección de riesgos de accidente cerebrovascular promete no solo transformar el panorama de la evaluación médica, sino también ofrecer una nueva esperanza para quienes están en riesgo de sufrir uno de estos eventos.