Puntos en un portaobjetos, así es como Dana Sulaiman, investigadora saudí que ha contado con una beca del Massachusetts Institute of Technology, diagnostica el cáncer de un paciente. Este dispositivo inspirado en los códigos de barra supone una importante revolución para la detección del cáncer como ha señalado la investigadora para el MIT.
En 2018 se detectaron más de 18 millones de casos nuevos de cáncer, y unas 9,5 millones de muertes en el mundo. Para 2040 se espera que esta cifra aumente hasta el 29,5 millones de casos y 15,4 millones de fallecimientos. Solo en España en 2021 se calcula que los nuevos casos superarán los 270.000.
Los diagnósticos cada vez son mejores, con cribados y detección precoz que permiten mejorar los pronósticos de mucho de los tumores. Sin embargo, otros como el de páncreas o pulmón se suelen diagnosticar de forma tardía, cuando el tumor ya está en un estadio avanzado. Ahora, Al-Sulaiman ha creado una forma de detección que además es accesible y fácil de utilizar.
"Estaba interesada en las tecnologías basadas en microfluidos porque ofrecen control en la escala de tamaño relevante para los sistemas biológicos, y porque más pequeño significa más barato en estos días", explica Al-Sulaiman
Esta técnica está inspirada en la tecnología de código de barras. A través de biopsias líquidas como orina o sangre se traducen los resultados con "patrones fáciles de leer", señala. Se trata, según explican desde el MIT, de una herramienta asequible y fácil de usar. "Estaba interesada en las tecnologías basadas en microfluidos porque ofrecen control en la escala de tamaño relevante para los sistemas biológicos, y porque más pequeño significa más barato en estos días", explica Al-Sulaiman.
Las pruebas se basan en la detección de ARN específico del cáncer, ya que las células cancerígenas tienen su propio microARN, y difiere también entre los distintos tipos de cáncer. "El diagnóstico de código de barras convierte las cantidades de diferentes microARN de una muestra de paciente en una señal fluorescente brillante en un patrón de puntos. Al igual que un código de barras, cada línea de puntos codifica un biomarcador de cáncer diferente, por lo que la información combinada de todas las líneas, denominada “multiplexación”, brinda una información clínico-patológica más precisa", señala el MIT.
Los materiales que se utilizan son comunes y asequibles: polímero biocompatibles. fibra de vidrio, seda y papel. Con ellos se configura y diseña un microcopio estándar para fabricar tal prueba de diagnóstico. “Usamos una técnica muy elegante llamada litografía de proyección para crear puntos de detección microscópicos con formas y tamaños definidos. De la misma manera que se puede estampar cualquier forma en una hoja de papel, la luz ultravioleta a través de un microscopio puede 'estampar' o crear manchas de hidrogeles en muchos tipos de materiales ”, explica Al-Sulaiman.
El objetivo es crear una herramienta de diagnóstico que permita hacer cribados de cáncer a gran escala. Con él, la investigadora espera aumentar significativamente la esperanza de vida en todo el mundo, especialmente en países con acceso limitado a la atención médica.