El trastorno bipolar es una enfermedad mental que afecta gravemente a la persona que la padece, pues dificulta la realización de tareas cotidianas y las interacciones con otras personas. El diagnóstico y tratamiento de los pacientes puede llegar a ser complicado, ya que el curso de la enfermedad es impredecible y su reconocimiento precoz se hace de manera subjetiva.
Para hacer frente a esta situación, psiquiatras del Hospital Clínic de Barcelona han empleado tecnología portátil para medir los impulsos eléctricos en la piel, asociados a los cambios de humor en el trastorno bipolar. Los resultados del trabajo han sido presentados en la 36º Conferencia del Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología (ECNP).
El trastorno bipolar se caracteriza por cambios en el estado de ánimo, la energía, los niveles de actividad y la concentración de una persona. El grado de oscilación del estado de ánimo puede variar de una persona a otra. Así, puede sentirse maníaco o deprimido. Estos cambios suelen diagnosticarse de forma subjetiva, mediante entrevistas con médicos o cuestionarios.
Diego Hidalgo-Mazzei: “También estamos explorando la posibilidad de incluir la temperatura en estos estudios”
Ahora, el objetivo de los investigadores es que estos cambios puedan ser detectados gracias a un dispositivo portátil. Partiendo del uso previo de esta pulsera en pacientes con epilepsia, se buscó aplicar el mismo mecanismo a trastornos mentales, concretamente al trastorno bipolar. “La idea nace de los antecedentes que el dispositivo tenía en la captación de señales en pacientes con epilepsia, para detectar convulsiones”, explica para SaludDigital Diego Hidalgo-Mazzei, psiquiatra e investigador postdoctoral de la Unidad de Trastornos Bipolares y Depresivos del Hospital Clínic de Barcelona.
Los estudios previos en estos pacientes permitieron detectar patrones que indicaban convulsiones. La herramienta, al detectar estas convulsiones, avisaba al paciente o a sus familiares a través de su dispositivo móvil.
El funcionamiento de la herramienta es sencillo, pues consiste en una pulsera que puede llevarse en todo momento. Así, va recogiendo información, basada en la actividad electrodérmica. Esta actividad, según explica el experto, es una respuesta indirecta del estrés que cualquier persona produce al sudar.
Cuando la persona está estresada, genera mayor conducción eléctrica en la piel. Este parámetro se estudia desde hace muchos años en numerosas disciplinas, y ahora, gracias a las pulseras, se pueden monitorizar durante el día a día de la persona, de forma continua. Otros parámetros que recoge la pulsera son la frecuencia cardiaca, la forma en la que se mueve la persona o si está durmiendo. “También estamos explorando la posibilidad de incluir la temperatura en estos estudios”, añade el experto.
De este modo, el paciente coloca el dispositivo en su muñeca y hace vida normal. Tras 48 horas, que es lo que duran las sesiones de monitoreo, la pulsera es retirada y los datos se almacenan. “Esto es sencillo, pero interpretar la cantidad de datos recogidos en cada sesión ya es más complicado”, comenta el psiquiatra.
El proyecto se encuentra aún en sus fases iniciales, pero el objetivo es que las señales recogidas por la pulsera puedan indicar si está teniendo lugar un episodio y qué tipo de episodio es. Además, los investigadores buscan también que el dispositivo indique si el tratamiento que reciben los pacientes es realmente eficaz. “Hasta pasado un tiempo, no se sabe si el tratamiento prescrito funciona, más allá de lo que cuenta el propio paciente, que es algo subjetivo”, indica el experto del Hospital Clínic de Barcelona.
Gracias a esta herramienta, los pacientes podrían detectar de forma prácticamente automática cuándo están sufriendo un episodio. A su vez, los psiquiatras podrían tratar de forma más rápida y personalizada a los pacientes, sabiendo que el tratamiento es correcto y que está funcionando.
Todo esto evitaría numerosos ingresos y ayudaría a prevenir suicidios. Sin embargo, a día de hoy solo se trata de un estudio exploratorio. “Aún son muy pocos pacientes para lograr algoritmos necesarios para analizar esto”, aclara el doctor Diego Hidalgo-Mazzei.
Los resultados preliminares han sido presentados en la 36º Conferencia del Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología, celebrado en Barcelona. Para lograr que esta herramienta pueda ser implementada, los investigadores deben hacer frente ahora a dos desafíos: tener una muestra amplia y diversa de personas que padecen trastorno bipolar y analizar los datos obtenidos.
Diego Hidalgo-Mazzei: “Aún son muy pocos pacientes para lograr algoritmos necesarios para analizar los datos”
Para ello, se está intentando ampliar la muestra de pacientes, debido a que se necesita una gran cantidad de datos para el dispositivo. Así, intentan ampliar la muestra más allá del Clínic de Barcelona, extendiendo la investigación a otros centros, tanto nacionales como internacionales.
Por otro lado, se trabaja con inteligencia artificial para analizar tanta información de manera simultánea, y observar los datos en conjunto para comprobar si hay patrones comunes. “Estamos dando pasos en estas direcciones con la ambición final de llegar a tener esos algoritmos, que se puedan implementar en dispositivos con pulseras”, añade el experto.
En su compromiso con la lucha contra los problemas de salud mental, el Hospital Clínic de Barcelona, a través de su Departamento de Psiquiatría, trabaja actualmente en otros proyectos digitales, como son aplicaciones móviles para la ansiedad y la depresión. “Se trata de dar soluciones a los problemas de salud mental y a las limitaciones que tiene el sistema para responder a estas situaciones”, apunta el doctor, que añade que “en comparación con otras instituciones, vamos lento, porque lo que hacemos lo tenemos que probar y certificar su funcionamiento. Damos pasos más lentos pero más seguros”.