Las personas con tapas protectoras más cortas al final de sus cromosomas, conocidos como telómeros, pueden tener más probabilidades de desarrollar enfermedades cerebrales relacionadas con la edad, como accidentes cerebrovasculares, demencia y depresión en la vejez, que generalmente se diagnostican a los 60 años o más. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio preliminar del equipo de investigación del Hospital General de Massachusetts, que presentó los resultados en la Conferencia Internacional sobre Accidentes Cerebrovasculares 2025 de la Asociación Estadounidense de Accidentes Cerebrovasculares.
Según explican los investigadores, la longitud de los telómeros leucocitarios se acorta gradualmente con la edad, lo que reduce su capacidad para proteger el material genético de los cromosomas, y, a su vez, conduce al envejecimiento celular y a una mayor susceptibilidad a las enfermedades relacionadas con la edad. En este sentido, aclaran que la longitud de los telómeros se ve afectada por factores inmutables como la genética, la ascendencia y el género, así como factores modificables como las opciones de estilo de vida y los factores ambientales, incluida la contaminación.
“Ningún estudio ha examinado el impacto de la longitud de los telómeros leucocitarios en un resultados compuesto de enfermedades cerebrales relacionadas con la edad que incluyen accidente cerebrovascular, demencia y depresión en la vejez”, aseguró Tamara N. Kimball, investigadora postdoctoral en el Centro Henry y Allison McCance para la Salud Cerebral en el Hospital General de Massachusetts.
“En un entorno clínico, la longitud de los telómeros leucocitarios podría ayudar a identificar a las personas que necesitan de un seguimiento más intensivo o medidas preventivas"
Más concretamente, este estudio analiza datos de más de 356.000 participantes del gran Biobanco del Reino Unido que fueron recogidos entre 2006 y 2010 que proporcionaron muestras de sangre para analizar la longitud de los telómeros de los leucositos. Además, se sometieron a una evaluación Brain Care Score, una herramienta diseñada para cuantificar factores modificables como factores físicos, opciones de estilo de vida e interacciones sociales.
Tras analizar si los telómeros leucocitarios más cortos estaban asociados con accidentes cerebrovasculares, se descubrió que, las personas con la longitud de telómero leucocitario más corta tenían un riesgo 8% mayor de sufrir un accidente cerebrovascular, un riesgo 19% mayor de sufrir demencia y un riesgo 14% mayor de sufrir depresión en la vejez. Además, en general, en comparación con aquellos telómeros leucocitarios más largos, las personas con la longitud de telómero leucocitario más corta tenían un riesgo 11% mayor de desarrollar al menos una de las enfermedades cerebrales relacionadas con la edad estudiada.
“En un entorno clínico, la longitud de los telómeros leucocitarios podría ayudar a identificar a las personas que necesitan de un seguimiento más intensivo o medidas preventivas. También podría orientar intervenciones personalizadas, incluidos ajustes en el estilo de vida y enfoques terapéuticos, para mejorar la salud general. Sin embargo, dado que la evidencia que vincula la longitud de los telómeros leucocitarios co el riesgo de accidente cerebrovascular aú es exploratoria, actualmente no sugerimos que la medición
Mediante un método estadístico que identifica la causalidad potencial en la relación entre la exposición y los resultados de salud, los investigadores pueden determinar con mayor precisión cómo ciertos factores de riesgo pueden conducir a problemas de salud. Este estudio no encontró evidencia de que la longitud de los telómeros de los leucocitos pueda causar accidentes cerebrovasculares, demencia o depresión en la vejez.
"La longitud de los telómeros leucocitarios puede actuar más como un marcador que refleja los procesos biológicos subyacentes y el estrés celular que preceden a estas enfermedades relacionadas con la edad”
“Nuestros hallazgos sugieren que, si bien la longitud de los telómeros leucocitarios puede ser un indicador bien conocido del envejecimiento biológico, no causa directamente estas enfermedades relacionadas con la edad. En cambio, la longitud de los telómeros leucocitarios puede actuar más como un marcador que refleja los procesos biológicos subyacentes y el estrés celular que preceden a estas enfermedades relacionadas con la edad”, dijo Kimball.
Tras alcanzar estas conclusiones, los autores aseguran en el estudio que se necesitan más investigaciones más prolongadas para comprender la dinámica de la longitud de los telómeros de los leucocitos a lo largo del tiempo, cómo interactúa con diversos factores de riesgo y cómo podría utilizarse en estrategias de atención médica personalizadas.
“En lugar de centrarse en el desarrollo de fármacos terapéuticos para alterar directamente la longitud de los telómeros, lo que puede conllevar riesgos potenciales, un enfoque holístico centrado en factores de estilo de vida modificables podría ofrecer una estrategia prometedora para promover un envejecimiento más saludable y reducir los riesgos de estas enfermedades”, concluye Kimball.