La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) se caracteriza por la inflamación crónica del tracto digestivo, y afecta a millones de personas en todo el mundo. Con síntomas como dolor abdominal intenso, sangrado rectal, diarrea y pérdida de peso, la EII se desencadena cuando los macrófagos se vuelven demasiado activos y producen altos niveles de proteínas que inducen inflamación. Estas proteínas se conocen como citoquinas proinflamatorias.
Ahora, en un revolucionario avance para el tratamiento de la EII, un equipo de científicos de la Universidad de California en San Diego ha desarrollado una cápsula que libera robots microscópicos en el colon. Este avance ha mostrado resultados prometedores en la reducción de síntomas y la promoción de la reparación del tejido dañado.
El nuevo tratamiento implica una píldora que libera microrobots, compuestos por células de algas verdes unidas químicamente a nanopartículas antiinflamatorias
El nuevo tratamiento implica una píldora que libera microrobots, compuestos por células de algas verdes unidas químicamente a nanopartículas antiinflamatorias. Estas nanopartículas tienen la capacidad de capturar y neutralizar las citoquinas proinflamatorias en el intestino, mientras que las algas verdes ayudan a distribuirlas por todo el colon, facilitando así la eliminación de las citocinas dañinas y promoviendo la curación del tejido.
La clave del diseño de estos microrobots es su biomimética: están fabricados con polímeros biodegradables recubiertos con membranas de macrófagos, que actúan como señuelos para atraer citocinas sin desencadenar una producción adicional, interrumpiendo efectivamente el ciclo inflamatorio.
Hasta ahora, se ha evaluado exhaustivamente la seguridad de estos biohíbridos, que han demostrado ser biocompatibles y seguros, tal como lo confirma la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA). La cápsula, diseñada para resistir el ácido del estómago, libera los microrobots en el pH neutro del colon, garantizando una entrega precisa al sitio de inflamación y minimizando el riesgo de toxicidad a otros órganos.
Gracias a los estudios con ratones con EII, se han observado resultados prometedores, pues el tratamiento no solo redujo el sangrado fecal y mejoró la consistencia de las heces, sino que también contrarrestó la pérdida de peso y disminuyó la inflamación del colon, todo sin efectos secundarios notables. El equipo de investigación ahora se prepara para avanzar hacia ensayos clínicos, lo que podría abrir nuevas puertas en el tratamiento de esta enfermedad debilitante.
"La belleza de este enfoque es que no utiliza medicamentos; simplemente aprovechamos la membrana celular natural para absorber y neutralizar las citoquinas proinflamatorias"
"La belleza de este enfoque es que no utiliza medicamentos; simplemente aprovechamos la membrana celular natural para absorber y neutralizar las citoquinas proinflamatorias", afirmó Liangfang Zhang, profesor del Departamento de Ingeniería Química y Nanoingeniería en UC San Diego.
El nuevo tratamiento representa un gran avance en la búsqueda de soluciones más efectivas y menos invasivas para la EII, ofreciendo esperanza a millones de pacientes que padecen esta enfermedad crónica.