Aunque tradicionalmente vinculada al ámbito militar, la industria de defensa y seguridad desempeña un papel cada vez más relevante en la protección de la salud pública. Más allá de su función en conflictos armados o en la vigilancia de infraestructuras estratégicas, muchas de las innovaciones desarrolladas en este sector han encontrado aplicaciones cruciales en emergencias sanitarias, pandemias o desastres naturales.
En el marco de la Feria Internacional de Defensa y Seguridad de España (FEINDEF), que se celebrará en Madrid del 12 al 14 de mayo, se pone de manifiesto cómo estas tecnologías están redefiniendo los límites entre seguridad y salud, con un impacto directo en la vida de millones de personas.
Uno de los campos más destacados es el de la biodefensa y la detección de agentes biológicos. Las tecnologías originalmente concebidas para detectar amenazas en entornos hostiles, como la guerra biológica, han evolucionado hasta convertirse en herramientas clave para identificar patógenos en escenarios civiles. Sistemas de sensores diseñados para reconocer agentes como el ántrax ahora se utilizan en aeropuertos, hospitales o estaciones de transporte para detectar la presencia de virus emergentes, como el SARS-CoV-2. Además, los laboratorios vinculados a la defensa han contribuido al desarrollo de vacunas y tratamientos contra enfermedades infecciosas, gracias a su conocimiento avanzado en biotecnología y manipulación de microorganismos peligrosos.
Otro ejemplo claro de esta transferencia tecnológica es el uso de drones militares para la logística sanitaria
Otro ejemplo claro de esta transferencia tecnológica es el uso de drones militares para la logística sanitaria. Equipos originalmente pensados para misiones de reconocimiento o transporte en zonas de combate han sido adaptados para llevar medicamentos, sangre o material médico a regiones remotas o afectadas por catástrofes. En zonas rurales de difícil acceso, donde una ambulancia podría tardar horas en llegar, estos dispositivos pueden entregar desfibriladores, botiquines o vacunas en cuestión de minutos. En África, por ejemplo, se han utilizado para transportar muestras biológicas durante brotes de ébola, reduciendo tiempos críticos de diagnóstico y contención.
La gestión del agua en contextos de crisis es otra área en la que las capacidades militares han tenido un impacto tangible en la salud pública. Las fuerzas armadas cuentan con sistemas móviles de purificación de agua capaces de operar en zonas sin infraestructuras básicas. Estas tecnologías, diseñadas para abastecer a tropas en operaciones prolongadas, se han desplegado también en escenarios de emergencia civil. En España, durante la DANA que afectó a la Comunidad Valenciana, unidades del Ejército instalaron hospitales de campaña y sistemas de potabilización que garantizaron el acceso a agua segura para los damnificados.
En paralelo a las amenazas físicas, la sanidad enfrenta un creciente riesgo digital. Los hospitales ciberseguros se han convertido en una prioridad, especialmente ante el aumento de ciberataques dirigidos a infraestructuras críticas de salud. Inspirándose en estrategias de ciberdefensa militar, ya se están implementando medidas como la inteligencia artificial para detectar patrones anómalos, protocolos de respuesta ante incidentes y sistemas avanzados de cifrado de datos. La dependencia tecnológica en la gestión hospitalaria, desde el historial clínico hasta la administración de tratamientos, obliga a blindar digitalmente estos entornos con el mismo rigor que se aplicaría a un sistema militar de defensa.
La inteligencia artificial y el análisis de big data son también fruto de desarrollos militares que han sido adaptados con éxito al ámbito sanitario. En defensa, estas herramientas se utilizan para anticipar amenazas y tomar decisiones en tiempo real. En salud pública, han demostrado ser útiles para rastrear la propagación de enfermedades, predecir brotes, optimizar recursos y diseñar respuestas más eficientes. Durante la pandemia de Covid-19, muchos modelos predictivos utilizados por autoridades sanitarias estaban basados en sistemas originalmente diseñados para la gestión táctica en contextos militares.
FEINDEF 2025 será, una vez más, el escenario para explorar este tipo de aplicaciones. Con un enfoque que trasciende lo estrictamente militar, esta feria se presenta como un espacio clave para visibilizar la innovación tecnológica al servicio de la sociedad. En esta edición, los asistentes podrán conocer de primera mano algunas de las soluciones más avanzadas que ya están siendo utilizadas para hacer frente a los desafíos sanitarios del presente y del futuro.