Un equipo de científicos de la Universidad de Vermont y la Universidad Tufts, ambos centros académicos situados en Estados Unidos, han utilizado una supercomputadora para elaborar biorobots, es decir, un conjunto de pequeños robots vivos hechos a través de células de rana.
Según informa The Boston Globe, los resultados han sido publicados este lunes en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences, y la investigación ha tomado en consideración millones de diseños hasta dar con el más adecuado para la creación de los biorobots.
"Estos sistemas no son ni un robot tradicional ni una especie de animal conocida. Hablamos de una nueva clase de artefactos: un organismo vivo y programable"
"Estas máquinas vivientes tienen un marcado carácter novedoso", ha señalado Josh Bongard, informático y experto en robótica de la Universidad de Vermont, quien fue el encargado de codirigir la investigación junto a Sam Kriegman. "Estos sistemas no son ni un robot tradicional ni una especie de animal conocida. Hablamos de una nueva clase de artefactos: un organismo vivo y programable", ha añadido.
Gracias a las funcionalidades que brinda la inteligencia artificial (IA), se impulsó un algoritmo evolutivo que permitió la creación virtual de los biorobots. Así, la puesta en escena se llevó a cabo gracias a su desarrollo mediante células vivas elaboradas en los laboratorios de la Universidad Tufts.
"Dada su carencia de toxicidad y su vida útil autolimitada, podrían servir como un vehículo novedoso para la administración inteligente de medicamentos o el desarrollo de cirugía interna"
Atendiendo a detalles concretos, el grupo de expertos reunió células de embriones de ranas africanas, la especie Xenopus laevis. Acto seguido, usando pequeñas pinzas y un electrodo aún más diminuto, las células se ensamblaron bajo un microscopio en una aproximación cercana de los diseños especificados por la computadora.
Por todo ello, el estudio sugiere que existen una gran cantidad de posibles aplicacionespara los biorobots. "Dada su carencia de toxicidad y su vida útil autolimitada, podrían servir como un vehículo novedoso para la administración inteligente de medicamentos o el desarrollo de cirugía interna", sentencia Bongard.