En España, el impacto del ictus es innegable, como lo demuestran las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2019. Con 111.812 altas hospitalarias registradas por accidentes cerebrovasculares o ictus, el país enfrenta un desafío de salud pública que requiere soluciones innovadoras y eficientes.
El 46% de estas altas correspondieron a mujeres, con un promedio de edad de 73 años. Un dato preocupante es el aumento de las altas hospitalarias en edades más tempranas, alcanzando su punto máximo entre los 75 y 84 años. Además, a partir de los 85 años, las mujeres representaron el 63% del total de altas en ese grupo de edad. Comunidades como Asturias, Cataluña y el País Vasco reportaron las tasas más altas de altas hospitalarias por ictus en 2019.
En respuesta a esta creciente preocupación, un estudio liderado por la red de ambulancias de Sacyl y profesionales de varios hospitales busca revolucionar el diagnóstico prehospitalario del ictus isquémico. Este estudio, que cuenta con la colaboración de instituciones como el Hospital Clínico Universitario de Valladolid y el Complejo Asistencial de Palencia, tiene como objetivo validar el uso de un dispositivo rápido de 'point-of-Care' para identificar el ictus isquémico por obstrucción de gran vaso durante el traslado desde la ambulancia a los centros hospitalarios.
Consiste en una aplicación que permite diagnosticar esta enfermedad. Esta herramienta permitirá realizar un examen rápido que tendrá efectos directos en el proceso terapéutico y en la evolución de los pacientes, y todo durante el traslado desde la ambulancia a centros hospitalarios.
Este nuevo dispositivo promete cambiar el panorama al permitir un examen rápido que puede tener efectos directos
Actualmente, diferenciar entre un ictus isquémico y uno hemorrágico requiere técnicas de neuroimagen, como el TAC craneal, lo que impide el diagnóstico prehospitalario. Sin embargo, este nuevo dispositivo promete cambiar el panorama al permitir un examen rápido que puede tener efectos directos en el proceso terapéutico y en la evolución de los pacientes.
El estudio, conocido como BIOSHIP-training, ha logrado reclutar a 382 pacientes a nivel nacional, los equipos de Sacyl fueron uno de los principales reclutadores con 66 pacientes. Coordinado desde el Hospital Universitario Virgen Macarena por la Dra. Ana Barragán y el Dr. Joan Montaner, BIOSHIP-training es un estudio clínico a nivel nacional que ofrece esperanza para los pacientes que sufren este tipo de ictus. Con resultados definitivos se espera un mejor pronóstico y una atención más rápida y efectiva para aquellos que enfrentan esta enfermedad devastadora.
Este estudio no solo representa un avance en la tecnología médica, sino también una nueva esperanza para los pacientes y sus familias. La capacidad de diagnosticar y tratar el ictus isquémico de manera más rápida y efectiva durante el traslado en ambulancia puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, así como mejorar significativamente la calidad de vida de aquellos que sobreviven a esta enfermedad. Con cada paso hacia adelante en la investigación y la tecnología médica, nos acercamos un poco más a un futuro donde el ictus ya no sea una sentencia de muerte, sino una enfermedad que se puede diagnosticar y tratar con éxito.