La mirada es el reflejo del alma, pero los ojos pueden dar información más allá de la espiritual o la emocional: pueden permitir detectar patologías. Durante años diferentes estudios científicos han señalado que las imágenes retinianas se aproximan a la precisión de las escalas clínicas para el diagnóstico de patologías cardiovasculares. La inteligencia artificial (IA) a través de algoritmos ha permitido esta forma de detección y ahora toca perfeccionar la precisión de este sistema.
La mejor detección de estos pacientes es el objetivo que se han impuesto los Servicios de Medicina Interna y de Oftalmología del Hospital Universitario Infanta Leonor, perteneciente a la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid al desarrollar “una herramienta de detección no invasiva que pueda ser manejada por cualquier personal sanitario en un centro de salud o un domicilio” con base en la imagen ocular, explican a SaluDigital el jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Infanta Leonor, Dr. Juan Torres Macho, y la jefa de Sección de Oftalmología del Hospital Universitario Infanta Leonor, Dra. María José Crespo Carballés. Una iniciativa que ha sido premiado en la primera edición de los premios “Innova RCV”.
“En la práctica clínica habitual, con un examen de fondo de ojo podemos diagnosticar y clasificar enfermedades como la hipertensión arterial o la diabetes”
Esta herramienta de inteligencia artificial combina ecografía vascular con el análisis automatizado de imágenes estáticas de retina (oculómica), como recoge el proyecto titulado “Validación de una herramienta de inteligencia artificial para la detección no invasiva de ateroesclerosis subclínica mediante retinografía no midriática”. Con ello se desarrolla un “programa de detección sistemática y generalizada de ateroesclerosis subclínica a nivel general en personas con riesgo cardiovascular bajo o moderado”, explican el Dr. Torres Macho y la Dra. Crespo Carballés.
El riesgo de infarto agudo de miocardio, accidente cerebrovascular (ictus), de muerte súbita son las patologías que se buscan diagnosticar a través de este sistema. “En la práctica clínica habitual, con un examen de fondo de ojo podemos diagnosticar y clasificar enfermedades como la hipertensión arterial o la diabetes”, indican los facultativos.
Sin embargo, las escalas clínicas habituales que miden el riesgo de eventos cardiovasculares son útiles, pero su precisión es limitada. En concreto, muchos pacientes que se clasifican con las escalas clínicas habituales como de riesgo cardiovascular bajo o moderado son realmente de alto riesgo.
LA IA EN EL DIAGNÓSTICO NO INVASIVO
En los últimos tiempos la inteligencia artificial ha permitido desarrollar algoritmo que mejoran la precisión de este tipo de diagnóstico en patologías como la retinopatía diabética o el glaucoma. “Nuestro proyecto quiere aumentar esa precisión un poco más y poder estratificar pacientes de forma más exacta y generalizada”, indican los expertos.
“Nuestro proyecto quiere aumentar esa precisión un poco más y poder estratificar pacientes de forma más exacta y generalizada”
El proyecto del Hospital Universitario Infanta Leonor ha sido elegido como ganador entre un total de 26 proyectos de innovación de toda España, de los que 10 fueron seleccionados como finalistas. El premio recibido, que conlleva una beca de 15.000€, tiene el objetivo de apoyar el desarrollo de este proyecto de investigación clínica para mejorar la detección del riesgo cardiovascular bajo o moderado.
No en vano, los problemas cardiovasculares son uno de los principales problemas de salud pública existente. Las patologías del sistema circulatorio en España supusieron el 26,1% del total de fallecimientos en 2022. Los datos reflejan un fallo en la detección precoz, habiendo actualmente más de 3 millones de casos de hipertensión sin diagnóstico y por tanto en riesgo cardiovascular no controlado, según recoge un estudio publicado en la Revista Española de Cardiología,.
Actualmente los investigadores buscan validar este modelo mediante un ensayo en pacientes. Una vez esté disponible esta herramienta, los expertos señalan que el lugar más adecuado para su uso es “la consulta de Atención Primaria y las unidades de riesgo cardiovascular global”.