La clave, en el cerebro: descubren diferencias en la respuesta de hombres y mujeres al estrés

Un nuevo estudio descubre por qué el estrés afecta de forma distinta a hombres y mujeres y proporciona información fundamental sobre cómo los mecanismos del cerebro se adaptan a los desafíos agudos

Descubren diferencias en la respuesta de hombres y mujeres al estrés (Foto. Canva)
Descubren diferencias en la respuesta de hombres y mujeres al estrés (Foto. Canva)
Carmen Bonilla
3 abril 2025 | 12:00 h
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La depresión es la principal causa de discapacidad en todo el mundo y, en gran medida, se debe al aumento de los niveles de estrés crónico. Sin embargo, esta situación no afecta del mismo modo a hombres y mujeres. Ahora, un nuevo estudio dirigido por investigadores de UF Health ha descubierto por qué ocurre esto, y proporciona información fundamental sobre cómo los mecanismos moleculares del cerebro se adaptan a los desafíos agudos.

En respuesta al estrés, el cerebro produce un neuroesteroide conocido como alopregnanolona o AP. Los niveles elevados de este neuroesteroide son un aspecto clave de la respuesta inicial del cuerpo al estrés, ayudando a las personas a adaptarse rápidamente y regular sus reacciones. Por ejemplo, cuando se enfrentan a eventos estresantes, como un peligro inminente, los niveles elevados de AP incrementan la concentración y la energía al ayudar a las personas a mantenerse centradas y responder de manera efectiva.

Sin embargo, la producción de AP depende de una enzima llamada 5α-reductasa, o 5αR, que existe en dos formas principales: 5αR1 y 5αR2. Para conocer cómo funcionan estas enzimas, los investigadores utilizaron estudios con animales y observaron las diferencias biológicas en las respuestas al estrés entre hombres y mujeres. “Los hombres, en general, tienden a tener una mayor propensión a mostrar reacciones externas y agresivas ante el estrés agudo, mientras que las mujeres tienen una tendencia mucho mayor a internalizar sus respuestas. Se cree que esta distinción contribuye a la mayor prevalencia femenina de ansiedad y depresión”, explica  el Dr. Marco Bortolato, profesor de farmacodinámica en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Florida y autor principal del estudio.

"Los hombres, en general, tienden a tener una mayor propensión a mostrar reacciones externas y agresivas ante el estrés agudo, mientras que las mujeres tienen una tendencia mucho mayor a internalizar sus respuestas"

Con todo, el estudio reveló que el estrés agudo aumenta los niveles de 5αR2 (pero no de 5αR1) en la región frontal del cerebro de las ratas de laboratorio macho. Por el contrario, las ratas hembra no mostraron dicho cambio, lo que pone de relieve una diferencia significativa específica de cada sexo a la hora de gestionar el estrés a nivel molecular. Además, el 5αR2 es esencial para producir AP durante el estrés, mientras que el 5αR1 ayuda a mantener los niveles basales de este neurosteroide crítico.

Cuando los investigadores redujeron la concentración de 5αR2 en ratas macho, los animales se mostraron menos activos y respondieron de forma más lenta tanto al estrés agudo como a los estímulos gratificantes. No obstante, la administración de AP restableció dicha capacidad, lo que subraya la importancia de la enzima.

Por otro lado, el análisis mostró que, durante el estrés, la 5αR2 estimula la producción de proteínas en las neuronas de los animales y las células de apoyo en el cerebro, lo que ayuda a que se adapte de manera más eficaz. “Nuestra investigación se sitúa en la intersección de la respuesta al estrés y las diferencias de género, que tienen importantes implicaciones potenciales para la medicina personalizada”, comenta Bortolato.

“Por ejemplo, comprender por qué las mujeres son más susceptibles a la depresión que los hombres nos permite diseñar tratamientos más específicos. En última instancia, estos hallazgos podrían ayudar a orientar el desarrollo de medicamentos que modulen específicamente las respuestas al estrés”, añade.

"En última instancia, estos hallazgos podrían ayudar a orientar el desarrollo de medicamentos que modulen específicamente las respuestas al estrés"

Ahora, el investigador se muestra entusiasmado con la posibilidad de traducir el descubrimiento en nuevos medicamentos. Además, señala que podrían allanar el camino para una nueva clase de compuestos basados en esteroides. Dichos compuestos podrían desempeñar un papel crucial en el tratamiento de formas de depresión resistentes a las terapias actuales.

“Los antidepresivos convencionales suelen tardar entre dos y cuatro semanas en mostrar resultados iniciales. Por el contrario, los tratamientos basados ​​en AP podrían tener efectos mucho más rápidos. Mejorar nuestra capacidad para producir AP podría transformar la forma en que abordamos la depresión y otros trastornos relacionados con el estrés”, concluye el experto.

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