Que la revolución digital está transformando todos los aspectos de la sociedad no es ninguna novedad. Pero cómo estas innovaciones están repercutiendo en el día a día y cómo van a transformar los conceptos tradicionales sólo se puede conocer a través del ensayo y error. Aún así, ya existen previsiones de hasta qué punto va a influir en ámbitos como la asistencia sanitaria en un futuro no tan lejano.
La propia Unión Europea ya está vaticinando cuáles van a ser esos cambios que van a proporcionar un giro radical en el funcionamiento de los actuales sistemas de asistencia sanitaria. Así lo han comunicado dirigentes europeos en la última reunión del Comité Económico y Social Europeo (EESC), encuentro en el que han instado a los dirigentes políticos de los 28 países miembros a emprender acciones en este sentido antes de que sea demasiado tarde.
La UE vaticina que en 5 o 10 años los diagnósticos serán realizados por máquinas y los médicos se dedicarán en exclusiva a cuidar su relación con los pacientes
Entre estas nuevas tendencias destacan, por ejemplo, la conversión de un sistema hasta ahora basado en la curación a otro que ponga el foco en la denominada ‘medicina 4P’, refiriéndose a una medicina “participativa, preventiva, personalizada y predictiva”. Para ello, será importante el desarrollo de la tecnología que, según el dictamen de esta institución europea, recorrerá el sector sanitario y cambiará la forma en que trabajan los profesionales, las industrias farmacéuticas, los hospitales o las mutualidades.
Esta revolución de la asistencia sanitaria llegaría hasta tal punto que se animan a vaticinar que en 5 o 10 años los diagnósticos serán realizados por las máquinas, de manera que los médicos se dedicarían en exclusiva a cuidar su relación con los pacientes. Por su parte, los usuarios de la sanidad estarán más centrados en el cuidado de su salud gracias a la proliferación de numerosas aplicaciones que informan sobre el estado de salud.
AMENAZAS POTENCIALES
A pesar de estas profecías sobre la futura asistencia sanitaria digital, algunos representantes europeos alertan de que este panorama podría verse perjudicado por algunas amenazas. Por ejemplo, la brecha digital que existe en la sociedad, refiriéndose al desigual acceso a la salud digital que puede haber en la población dependiendo de dónde se viva.
En este sentido se ha expresado Alain Coheur, director de Asuntos Europeos e Internacionales en la National Union of Socialist Mutual Health Funds de Bélgica. Este profesional considera importante “conservar nuestros servicios de salud nacionales”, para lo que cree relevante el papel de la tecnología digital como actor que active derechos fundamentales como “el derecho a la información, el derecho a la atención médica”, claves de los sistemas de bienestar social.
Este es uno de los motivos que han llevado a la Unión Europea a solicitar a los dirigentes públicos que se cuestionen “¿qué tipo de sistema de salud queremos tener en Europa mañana?”. Este ponente argumenta que los actuales sistemas sanitarios europeos se basan en la atención de los riesgos.
Alain Coheur advierte del peligro que puede suponer que a los pacientes se les transfiera "demasiada responsabilidad" al no poder afrontar estos todo lo que contribuya a su estado de salud
Sobre este aspecto, ha alertado de que la digitalización podría favorecer a un mayor protagonismo de las compañías de seguros, en el sentido de que pueden personalizar el riesgo de las personas ante ciertas enfermedades a través de la medicina predictiva. Así, se pregunta; “¿Queremos igualdad de acceso para todos los ciudadanos europeos o vamos a seguir el camino que ha tomado Estados Unidos donde los seguros dominan el mercado?”.
EMPODERAMIENTO DEL PACIENTE
En relación al protagonismo de los pacientes, Alain Coheur ha advertido del peligro que puede suponer que a este colectivo se le transfiera “demasiada responsabilidad” como resultado de la revolución digital. Este profesional, que fue nombrado en 2013 por la Comisión Europea como miembro consultivo en el grupo de expertos de Emprendimiento Social (GECES), considera que “puede ser un objetivo válido” pero al mismo tiempo denuncia que los pacientes “no podemos estar a cargo de todo lo que contribuye a nuestra salud” como el uso de plaguicidas en la agricultura o la exposición a la contaminación del aire.
Finalmente, desde el EESC apuntan que la UE también debe abordar la protección de los datos personales relacionados con la salud. Lo que en un principio está pensado para mejorar el tratamiento de los pacientes y establecer una mejor coordinación entre los profesionales sanitarios, podría volverse comprometido si no se produce con el correspondiente consentimiento.
Asimismo, el dictamen elaborado por el Comité Económico y Social Europeo advierte de la “vaguedad” que presenta la utilización de los datos sanitarios. Este organismo considera que existen una serie de mecanismos digitales, como los ‘Big 5’, que están recopilando y procesando datos sobre el comportamiento individual. Estos, insisten, “están fuera de Europa por lo que debemos asegurarnos que podamos proteger la soberanía de los Estados miembros de los propios sistemas sanitarios”.