Los residuos utilizados en este trabajo no llegan a los 100 euros por tonelada
El procedimiento utilizado por los investigadores para darle este nuevo uso al orujo de manzana, se basa en extraer diferentes moléculas bioactivas (como antioxidantes o pectina). Finalmente se obtiene el residuo a partir del cual se prepara un biomaterial con características de porosidad y textura apropiadas para ser utilizado en ingeniería Beneficios para la salud
Esta sustancia es muy fácil de conseguir. La producción mundial de manzanas en 2015 fue de más de 70 millones de toneladas, medio millón de procedencia española. Entre el 20 y el 30% de la fruta, el orujo de manzana, se utiliza principalmente como alimento para animales.
La extracción de antioxidantes constituye el 2% del peso seco del residuo de la manzana, y la extracción de pectina, aproximadamente el 10%. Las moléculas extraídas tienen un reconocido valor como nutracéuticos, Por su parte, la pectina es un material con gran utilidad en medicina y forma parte de fármacos antitumorales o del tratamiento de heridas cutáneas.
El resto del residuo se modifica con tratamientos físicos y químicos para diseñar biomateriales con estructuras, texturas y composiciones apropiadas, capaces de promover el crecimiento de diferentes tipos celulares.
Para este caso concreto, las células elegidas fueron osteoblastos (células óseas) y condrocitos (células del cartílago), dada su utilidad en diferentes aplicaciones de medicina regenerativa en enfermedades de amplio espectro como son osteoporosis, la artritis o la artrosis.
Bajo coste
Esta sustancia es muy fácil de conseguir.La producción mundial de manzanas en 2015 fue de más de 70 millones de toneladas
En la actualidad existen en el mercado productos con aplicaciones similares, sin embargo, su precio es mucho más elevado, llegando a superar los 100 euros por gramo, mientras que los residuos utilizados en este trabajo no llegan a los 100 euros por tonelada. Por ello, existen claros incentivos para la conversión de estos residuos en productos finales de un gran valor añadido.En opinión de Milagros Ramos, una de las investigadoras del estudio, “con este acercamiento se consigue un doble objetivo. Por un lado, usar residuos como fuente renovable de sustancias y materiales con gran valor y diversidad química y, por otro, reducir el impacto que genera la acumulación de dichos residuos sobre el medioambiente, basándose en una filosofía de desperdicio cero de importancia tanto medioambiental como económica”.