Watson ha clasificado los 1.500 genes dentro del genoma humano y ha propuesto predicciones sobre cuáles pueden guardar relación con la ELA
El descubrimiento, según explican sus responsables, ha aportado a los investigadores de esta dolencia, de la que no se tiene cura, “nuevos conocimientos que allanarán el camino hacia el desarrollo de fármacos y terapias con que combatirla”. La ELA es una de las enfermedades más complicadas de descifrar, mortales y devastadoras del mundo (aproximadamente se diagnostican 6.000 personas cada año), debido a su desarrollo progresivo y degenerativo que provoca la muerte de las células que controlan los movimientos voluntarios de los músculos; algo que lleva a la parálisis y, en última instancia, a la muerte. PREDICCIONES A EXAMEN
En cuestión de meses, Watson logró clasificar los casi 1.500 genes dentro del genoma humano y estableció predicciones sobre cuáles podrían estar asociados con la ELA. El equipo de Barrow examinó dichas predicciones y descubrió que ocho de los diez primeros genes clasificados por el computador poseían relación con la enfermedad. Además, el estudio encontró cinco genes vinculados con la ELA que jamás habían sido asociados anteriormente.
Sin IBM Watson para el descubrimiento de fármacos (nombre específico, dentro de la parcela Watson Health, de esta solución basada en la nube cuyo objetivo pasa por ayudar a los científicos a identificar nuevas oportunidades de medicamentos), los investigadores estiman que este descubrimiento habría llevado años en lugar de meses. “Podíamos haber estudiado individualmente cada una de las 1.500 proteínas y genes, pero nos hubiera costado mucho más tiempo hacerlo”, opina el doctor Bowser, del Instituto Barrow.
“Las herramientas tradicionales de investigación se quedan obsoletas cada vez más rápidamente”
Esta colaboración ha sido la primera de Watson destinada a la comprensión de enfermedades neurológicas. “Las herramientas tradicionales de investigación se quedan obsoletas cada vez más rápidamente a la hora de ayudar a los científicos de datos e investigadores a mantenerse al día y hacer descubrimientos correlacionando los miles de millones de estudios publicados en todo el mundo”, admite la doctora Tina Moen directora adjunta de IBM Watson Health. ORIGEN DE WATSON Y DE WATSON HEALTH
Durante 2015, IBM creó la unidad de negocio Watson Health. Radicada en Boston y también presente en Nueva York (ambas en EE UU), cuenta con 2.000 profesionales entre consultores, médicos, personal sanitario, desarrolladores e investigadores que trabajan para “desarrollar y acelerar la adopción de capacidades cognitivas que mejoren la efectividad de la atención sanitaria”.
WATSON, LECTOR DEL GENOMA
Esta plataforma de inteligencia artificial de IBM ya participó en otro estudio sobre medicina genómica anterior al del Instituto Barrow. En este caso, fue una colaboración con el Centro del Genoma de Nueva York en la que se probó un prototipo único Watson, diseñado específicamente para el análisis de genes con el objetivo de que colaborase junto a los médicos a desarrollar tratamientos personalizados para pacientes con glioblastoma (tipo de cáncer muy agresivo y maligno que en Estados Unidos mata a 13.000 personas al año).
Porque los especialistas carecían de las herramientas necesarias para ofrecer a los enfermos un tratamiento basado en el análisis del ADN. Hacía falta, y ahí intervino Watson, establecer correlaciones entre los datos de la secuencia genómica con toneladas de artículos médicos, informes e historiales clínicos; los expertos aseguran que actualmente el volumen de información médica se duplica cada cinco años. El proyecto de investigación entre Watson y el Centro del Genoma buscaba identificar patrones en la secuenciación y en los datos médicos que ayuden a los especialistas a hacer realidad la medicina genómica.
Watson no deja de aprender. Su rango de acción cada vez abarca más campos. En salud está revolucionando la investigación, los diagnósticos, tratamientos y las terapias. La capacidad de procesamiento de datos de esta plataforma de inteligencia artificial hace posibles secuenciaciones hasta ahora inviables. Quizás en el futuro Watson, como a Dylan, nos deje ojipláticos.