Se trata del primer neuroestimulador que permite adaptar el tratamiento a cada paciente de manera efectiva
Como explica a SaluDigital José Paz, neurocirujano del Hospital Universitario La Paz de Madrid, primer centro en España, y segundo en Europa en implantar esta tecnología, el sistema consisteen reducir el dolor crónico de espalda y piernas, especialmente, a través de señales eléctricas, que van directas a las zonas del sistema nervioso central que generan el dolor en el organismo.“En este caso las señalesse dirigen directamente a la médula espinal, el aparato se coloca cerca de ella mediante una pequeña intervención, y al entrar en funcionamiento tratamos de bloquearlas señales de dolor que llegan del cerebro. De esta forma el dolor se sustituye por un ligero hormigueo que puede acabar mejorando mucho la calidad de vida del paciente”, señala el experto.
TERAPIA PERSONALIZADA
Sin embargo, como indica el experto, las innovaciones de estos nuevos sistemas no quedan ahí, puesto que se trata de una tecnología compatible con los equipos de resonancia magnética, algo que en los dispositivos anteriores podía suponer un problema.
El Hospital La Paz de Madrid ha sido el primer centro en España, y segundo en Europa, en implantar el uso de estos nuevos neuroestimuladores
Y es que, la resonancia magnética es un prueba de diagnóstico por imagen habitual en la detección de anormalidades en tejidos blandos y se usa para determinar gran parte de enfermedades incluido el cáncer, accidentes cerebrovasculares o problemas neurológicos. Sin embargo, hasta ahora, los pacientes implantados con un neuroestimulador estaban obligados a buscar pruebas alternativas o incluso a tener que retirar el dispositivo si la prueba era imprescindible. ELECTRODO DE TRIPLE CAPA
Por otro lado, según señalan desde la compañía desarrolladora, el dispositivo médico dispone de una vida media de 12 años y es recargable a través de inducción por lo que, pasado este tiempo, no será necesario abrir el bolsillo subcutáneo para cambiar la pila.
De momento, como señala Paz, el perfil de los pacientes a los que se le suele indicar la implantación de este neuroestimulador es de “una persona que lleve más de seis meses sufriendo dolor en la espalda y las piernas, por ejemplo, por una cirugía de espalda fallida, y que el dolor le incapaciteen su rutina diaria o afecte a su bienestar mental”.
A estos pacientes, la implantación del nuevo dispositivo les permitirá, además de reducir su sensación de dolor, “disminuir el número de antibióticos y de mórficos que toma para combatir el dolor y hacer cosas que no hacía antes en su día a día”.