Cualquiera que se haya roto un hueso en algún momento de su vida, probablemente recordará dos cosas: los picores y lo engorroso de ducharse o bañarse con la escayola, sobre todo si la fractura tuvo la mala suerte de coincidir con el verano.
Y es que los últimos avances en estas férulas permiten, mediante un sistema de cierre rotativo, adaptarse a la anatomía del paciente mientras se cura la fractura. Es decir, si la persona pierde masa muscular o hay una inflamación, la férula se ajusta o suelta conforme a sus necesidades. Una adaptación que “una escayola, no puede hacer”, subraya Serrano.
Bajo el lema “Adiós escayolas”, Fiixit fabrica férulas biodegradables, transpirables, impermeables, ligeras, a medida y del color que elija el paciente. De esta forma, permiten la movilidad, rehabilitación y una mejor higiene para los usuarios. Todo ello, supervisado por un técnico en ortopedia. Y por supuesto, dan cabida a veranos más cómodos y frescos, pues permiten que el paciente se bañe en el mar o la piscina con absoluta tranquilidad.
Además, Fiixit va más allá de las fracturas de huesos, pues también están especializados en máscaras, férulas de protección y asientos posturales para niños, entre otros. “Hemos tenido casos de peques a los que hemos fabricado asientos posturales personalizados. Son más higiénicos porque se pueden lavar y mojar”, comenta para este medio. “Una mamá nos ha enviado fotos dándonos las gracias por poder disfrutar del verano con su peque gracias a una sillita postural que puede llevar a la playa”.
¿Retos de cara al futuro para esta empresa española? “De momento, seguir creciendo y transformar el sector de la ortopedia”, subraya la ingeniera malagueña. Y siempre, con el foco puesto en “irse fuera” e internacionalizarse, concluye con optimismo la directora de Fiixit.