La química de flujo: la apuesta clave de las empresas farmacéuticas que fomenta la sostenibilidad

La química de flujo permite a las empresas mejorar la sostenibilidad al reducir la generación de desechos, optimizar el consumo energético y facilitar el cumplimiento de normativas ambientales

Investigación química (Foto: Canva)
Investigación química (Foto: Canva)
José Iborra
21 octubre 2024 | 07:00 h

La sostenibilidad se ha convertido en una prioridad global, y las empresas de diversas industrias buscan implementar tecnologías que les permitan cumplir con sus metas ambientales, reducir residuos y disminuir el consumo energético. En este contexto, la química de flujo ha surgido como una herramienta poderosa para alcanzar estos objetivos, especialmente en sectores donde los procesos químicos son fundamentales, como la industria farmacéutica, la química fina y la biotecnología.  

Según nos explican en una entrevista en exclusiva a Salud35, el secretario general de Confederación Europea de Empresarios Farmacéuticos (EUCOPE), Alexander Natz, “cada vez hay más legislación centrada en objetivos medioambientales y de sostenibilidad como el reglamento sobre envases y residuos de envases; tratamiento de aguas residuales urbanas, entre otros, que afecta directa e indirectamente a la industria farmacéutica”.

“Cada vez hay más legislación centrada en objetivos medioambientales y de sostenibilidad"

Debido a esto y a la constante apuesta de las empresas por innovar hacia modelos más sostenibles como la química de flujo, se ha posicionado como una manera de lograr reducir la generación de desechos y disminuir el consumo energético. En concreto, este proceso, también conocido como síntesis en flujo continuo, es un proceso en el cual los reactivos químicos se bombean de manera continua a través de un sistema de reactor donde tienen lugar las reacciones químicas.

De esta manera, a través del uso de reactores continuos, la química de flujo, permite un control más preciso sobre las condiciones de reacción, como la temperatura, la presión y el tiempo de residencia, lo que mejora la eficiencia del proceso y reduce la generación de desechos. Esta flexibilidad y control mejorados son algunos de los factores que convierten a la química de flujo en una opción atractiva para las empresas comprometidas con la sostenibilidad. Uno de los motivos es que se logra reducir el consumo energético. Esto se debe a que, al realizar reacciones en un entorno continuo y controlado, optimiza el uso de energía, mejorando la transferencia de calor y masa. Esto evita pérdidas energéticas y permite operar a diferentes temperaturas sin un gasto excesivo de energía, lo que contribuye a una mayor eficiencia en los procesos químicos.

Para lograr ser más sostenibles, es fundamental que las empresas cuenten con inversiones adecuadas que les permitan adoptar tecnologías limpias y prácticas responsables.  “La reducción de la huella de carbono de la industria es una preocupación primordial, y solo puede lograrse mediante inversiones sólidas y sostenidas que cuenten con el apoyo público y privado”, añade Natz.

"La química de flujo mejora la eficiencia en la síntesis mediante un uso reducido de reactivos y menor generación de desechos"

La gestión de residuos es otra área donde la química de flujo puede marcar una diferencia significativa. En este sentido, la química de flujo mejora la eficiencia en la síntesis mediante un uso reducido de reactivos y menor generación de desechos. A diferencia de los procesos tradicionales, donde se producen subproductos indeseados que incrementan costos y afectan el medio ambiente, la química de flujo permite un control preciso de las condiciones de reacción, minimizando residuos peligrosos y mejorando los rendimientos de productos deseados.

El uso de biocatalizadores es otro avance clave que la química de flujo facilita para mejorar la sostenibilidad. Los biocatalizadores, como las enzimas, permiten realizar reacciones químicas bajo condiciones más suaves y con menos generación de residuos tóxicos en comparación con los catalizadores metálicos tradicionales. Esto reduce la necesidad de manejar sustancias peligrosas y mejora la seguridad tanto para los trabajadores como para el medio ambiente.

El cumplimiento de las regulaciones ambientales es un desafío constante para las empresas, especialmente en sectores altamente regulados como el farmacéutico y el químico. Las normativas internacionales exigen cada vez más que las empresas minimicen su huella de carbono, gestionen adecuadamente los residuos y aseguren la seguridad en el manejo de sustancias peligrosas.

“Los miembros de EUCOPE trabajan junto a los reguladores para lograr un enfoque equilibrado de la sostenibilidad"

Desde el sector siempre buscan adaptarse a los nuevos avances, siguiendo siempre las normativas vigentes para hacer de esta industria un lugar donde la sostenibilidad sea uno de los ejes centrales. “Los miembros de EUCOPE trabajan junto a los reguladores para lograr un enfoque equilibrado de la sostenibilidad que alcance objetivos medioambientales a largo plazo compartidos por todas las partes, al tiempo que comprenden las flexibilidades necesarias en nombre de la industria para ofrecer tratamientos de vanguardia a los pacientes”, concluye el secretario general de la EUCOPE.

La química de flujo ofrece una solución alineada con estos objetivos. Al reducir el consumo energético, los residuos y los riesgos de accidentes, las empresas que adopten esta tecnología están mejor posicionadas para cumplir con las normativas actuales y futuras. Además, muchas regulaciones exigen un monitoreo en tiempo real de los procesos para detectar y prevenir la contaminación. Los sistemas de flujo continuo, equipados con tecnología de análisis en línea, permiten cumplir con este requisito de manera eficiente.

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