"Quien contamina, paga": Europa interpela a las farmacéuticas en su normativa sobre aguas residuales

El Consejo, presidido en estos momentos por Bélgica, y el Parlamento Europeo, han alcanzado un nuevo acuerdo en materia de aguas residuales

Contaminación de aguas residuales de la que alerta la OMS. (Foto: Freepik)
Contaminación de aguas residuales de la que alerta la OMS. (Foto: Freepik)
5 febrero 2024 | 11:25 h

La pasada semana se alcanzó un nuevo acuerdo provisional entre el Consejo (presidido en estos momentos por Bélgica), y el Parlamento Europeo en materia de aguas residuales. Un pacto que, además, interpela de manera directa a las empresas farmacéuticas, pues sus actividades están relacionadas con el tratamiento de las aguas.

Así, se revisará la Directiva sobre el Tratamiento de las Aguas Residuales Urbanas, en el marco del Plan de Acción de la UE Contaminación Cero. Tras el acuerdo entre las entidades europeas del pasado lunes, el ministro belga de Transición Climática, Medio Ambiente, Energía y Democracia Participativa, Alain Maron, subrayó que esta "es la senda que debemos seguir para alcanzar el objetivode contaminación cero que se ha marcado Europa".

Igualmente, hacía referencia a que "con este acuerdo, se allana el camino para que se establezcan las normas más estrictas para el tratamiento y control de las aguas residuales urbanas, de modo que no liberen al medio ambiente sustancias nocivas como microplásticos o PFAS". 

La nueva normativa introduce una responsabilidad ampliada del productor

Si bien esta iniciativa responde a la necesidad de mejorar el estado de contaminación de la UE y, con ello, la salud de la población, cabe preguntarse en qué modo afecta a la industria farmacéutica. Pues bien, la normativa es clara en este sentido: "que pague la industria". Esta premisa deriva de los datos de contaminación del sector, pues "más del 90% de los microcontaminantes presentes en las aguas residuales provienen de productos farmacéuticos y cosméticos", se afirma desde la UE.

"Existen tratamientos eficaces para eliminar las sustancias tóxicas en estos sectores. Las nuevas normas exigirán a los productores e importadores que apliquen tales tratamientos mediante la introducción de una responsabilidad ampliada del productor, basada en el principio de que "quien contamina paga". Concretamente, se propone que "los productores de productos farmacéuticos y cosméticos que contaminan las aguas residuales urbanas con microcontaminantes tendrán que cubrir, como mínimo, el 80% de los costes de este tratamiento adicional".

Igualmente, se especifica que los Estados miembros tendrán cierta flexibilidad en cuanto a la manera de repartir los costes restantes. No obstante, "los costes de recogida y verificación de los datos sobre los productos introducidos en el mercado también correrán a cargo de los productores". Teniendo en cuenta el impacto que esto puede provocar en la industria, también se ha pedido a la Comisión que evalúe cómo puede afectar a la accesibilidad y asequibilidad de los medicamentos.

LA NORMATIVA SE RENUEVA TRAS MÁS DE TRES DÉCADAS

La Directiva sobre el Tratamiento de las Aguas Residuales Urbanas se adoptó en 1991 para "proteger el medio ambiente de los efectos negativos de los vertidos de aguas residuales urbanas y procedentes de determinados sectores industriales". Ya en el 2019 se evaluaron los resultados de la normativa y se determinó que se han reducido significativamente los vertidos contaminantes: actualmente, el 98% de las aguas residuales de la UE se recogen adecuadamente y el 92% reciben un tratamiento apropiado. No obstante, también se vio la necesidad de mejorar la regulación de algunos aspectos como los que hemos destacado.

No en vano, esta situación tiene un impacto directo en nuestra salud. De hecho, "los virus y las pandemias podrían prevenirse mejor mediante la vigilancia de las aguas residuales", se destaca desde el Consejo. "Las aguas residuales urbanas pueden analizarse para detectar la presencia de patógenos responsables de enfermedades humanas y pandemias.

"La experiencia de la COVID-19 ha demostrado que la vigilancia de las aguas residuales puede ser un medio muy eficaz para predecir la futura propagación de un virus". Por ello, la normativa renovada exige a los países de vigilen precisamente algunos parámetros sanitarios como el virus SARS-CoV-2, los virus de la polio y la gripe y otros patógenos. En adelante, este acuerdo deberá ir a la Coreper y a la Comisión de Medio Ambiente del PE y, si se aprueba, entrará en vigor. 

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