Murciano Fernández: "Los organismos locales, claves para la gestión del agua en las farmacéuticas"

La industria farmacéutica trabaja para reducir su impacto ambiental mediante fármacos biodegradables, gestión de residuos y colaboración con farmacias y hospitales para proteger los ecosistemas

Juan Carlos Murciano Fernández, profesor de Tecnología Farmacéutica en la Universidad Alfonso X el Sabio (Fotomontaje: Consalud)
Juan Carlos Murciano Fernández, profesor de Tecnología Farmacéutica en la Universidad Alfonso X el Sabio (Fotomontaje: Consalud)
José Iborra
3 abril 2025 | 07:00 h

En un contexto global cada vez más centrado en la sostenibilidad, la industria farmacéutica está tomando medidas importantes para reducir el impacto ambiental de sus productos. En particular, los fármacos de bajo impacto ambiental están ganando terreno como una de las principales soluciones para hacer frente a la creciente preocupación sobre los residuos farmacéuticos y su efecto en los ecosistemas.

Estos medicamentos, formulados para ser biodegradables o con menor toxicidad, buscan minimizar el daño que pueden causar al medio ambiente a lo largo de su ciclo de vida, desde su fabricación hasta su eliminación. La innovación en este campo se basa en desarrollar moléculas que se descompongan de manera natural y en menos tiempo, reduciendo así la cantidad de productos farmacéuticos que llegan al agua y a los ecosistemas.

En una reciente entrevista, Juan Carlos Murciano Fernández, Profesor de Tecnología Farmacéutica en la Universidad Alfonso X el Sabio, nos ha compartido su visión sobre cómo la industria farmacéutica y las farmacias comunitarias gestionan los residuos derivados del consumo de medicamentos sostenibles para mitigar su impacto en el medio ambiente.

“Es vital eliminar no solo los medicamentos caducados, sino también los no utilizados"

Según Murciano, uno de los actores más importantes en este proceso son las farmacias comunitarias, que no solo asesoran a los pacientes sobre la necesidad de eliminar los medicamentos caducados, sino también los sobrantes, sus envases y otros productos asociados. "La acción más importante en este aspecto es la que realizan las farmacias comunitarias, que asesoran a sus clientes sobre los puntos de recogida de medicamentos que ellas coordinan”, explica Murciano Fernández. “Es vital eliminar no solo los medicamentos caducados, sino también los sobrantes o no utilizados, para evitar que los fármacos lleguen al medio ambiente."

Los hospitales y centros de salud también juegan un papel crucial, ya que, debido al elevado consumo de medicamentos en estos entornos, se generan grandes cantidades de residuos potencialmente tóxicos. En estos centros, Murciano explica que existen sistemas de filtración para eliminar los residuos farmacéuticos en el agua, utilizando tecnologías mecánicas, químicas y biológicas que previenen la contaminación de las aguas de consumo humano y de los ríos o arroyos cercanos.

 "Los hospitales y centros de salud manejan una gran cantidad de medicamentos a diario, lo que genera residuos potencialmente tóxicos. Es esencial que estos centros implementen sistemas de filtración de residuos farmacéuticos, tanto mecánicos como químicos y biológicos, para evitar que la contaminación llegue al agua", manifiesta el profesor.

Por otro lado, la investigación en biodegradabilidad tiene un impacto significativo en la reducción de residuos. Gracias a los avances científicos, se están desarrollando métodos para limitar la generación de residuos excesivos, permitiendo que muchos de ellos sean eliminados de manera más eficiente en nuestros propios organismos. La colaboración con organismos internacionales como la OMS y la ONU también ha sido clave para reducir los contaminantes ambientales.

"Estamos logrando eliminar los residuos de los medicamentos de forma más eficiente dentro de nuestros organismos"

"La investigación en biodegradabilidad es fundamental. Gracias a los avances científicos, estamos logrando eliminar los residuos de los medicamentos de forma más eficiente dentro de nuestros organismos, limitando la generación de residuos excesivos", añade Murciano Fernández.

En las plantas de producción, la reducción de residuos comienza con la implementación rigurosa de protocolos de buenas prácticas y normas ISO correspondientes, lo que ayuda a minimizar el impacto ambiental de la fabricación de medicamentos. El primer paso en las plantas de producción es aplicar programas de reducción de residuos mediante protocolos de buenas prácticas y normas ISO.

Además, el agua utilizada durante el proceso de fabricación se recoge en un biorreactor, donde se somete a un tratamiento especializado para eliminar los residuos tóxicos. Para ello, se aplican tecnologías avanzadas como la osmosis inversa, la oxidación avanzada y la biodegradación, procesos que aseguran la purificación del agua y la protección de los ecosistemas.

La colaboración con organismos locales encargados de la gestión del agua es otra de las estrategias clave que utilizan las farmacéuticas. Junto con centros de investigación, las empresas estudian la posible actividad biocida de los fármacos sobre organismos acuáticos, como microorganismos, algas y peces, para prevenir posibles efectos negativos.

Finalmente, Murciano subraya la importancia de la eliminación adecuada de medicamentos caducados, un proceso coordinado para evitar que estos productos terminen en la basura o en el sistema de alcantarillado.  "Es fundamental contar con procesos adecuados de eliminación y recogida de medicamentos caducados junto con las farmacias y hospitales. Esto evita que los medicamentos acaben en la basura o en el alcantarillado", concluye Murciano.

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