La industria farmacéutica esta cada vez se muestra más comprometidos con el cambio climático y la sostenibilidad, dos conceptos que ya forman parte de la gran mayoría de las compañías que se encuentran en este ámbito. A pesar de que muchas de ellas ya contaban con múltiples planes relacionados con este tema, es necesario continuar trabajando para descarbonizar y minimizar las emisiones.
El primer paso es reducir el impacto ambiental de la cadena de suministro farmacéutico. Para ello es necesario comenzar desde el abastecimiento de materias primas, utilizadas para producir los medicamentos y materiales médicos Trabajar en este punto es un paso fundamental para cualquier industria que busque reducir su impacto en el cambio climático.
Además, es necesario hacer hincapié en la gran cantidad de energía que consume el transporte de los fármacos y vacunas. En muchos casos conlleva su distribución en cadena de frío, siendo necesarios vehículos refrigerados que generan gran cantidad de emisiones. Estos vehículos, a menudo equipados con sistemas de refrigeración intensivos en energía, deben operar continuamente para garantizar que los productos farmacéuticos se mantengan dentro de un rango de temperatura seguro durante el transporte.
Para abordar estos desafíos, la industria farmacéutica esta explorando alternativas más sostenibles
Para abordar estos desafíos, la industria farmacéutica y las organizaciones de logística están explorando alternativas más sostenibles. Estas incluyen el uso de embalajes con aislamiento mejorado que reducen la necesidad de refrigeración activa, el desarrollo de vehículos refrigerados más eficientes energéticamente y la implementación de tecnologías de monitoreo en tiempo real para optimizar las rutas y reducir los tiempos de tránsito. Desde el sector afaman que el transporte marítimo puede ser una alternativa más sostenible.
Con el aumento de la cantidad de combustibles ecológicos utilizados, como los biocombustibles elaborados a partir de aceite vegetal hidrotratado en vehículos diésel. Con esta distribución se logra que las emisiones se reduzcan en un 90% en comparación con los vehículos convencionales que funcionan sólo con diesel.
La optimización de la eficiencia energética se posiciona como una de las principales estrategias para reducir las emisiones directas en la industria farmacéutica. Esto implica optimizar el uso de energía en todas las instalaciones, maquinaria y procesos de fabricación para reduccir las emisiones directas de alcance 1. En cuanto a las emisiones indirectas, de alcance 2 la compra de energía limpia es una estrategia clave. Adquirir electricidad de fuentes renovables o con una baja huella de carbono contribuye significativamente a reducir el impacto ambiental de las operaciones farmacéuticas.
El sector farmacéutico produce un 55% más de emisiones que la industria automotriz
El mayor reto dentro del sector es la gestión de las emisiones de alcance 3, aquellas producidas a lo largo de la cadena de suministro por socios y proveedores, que pueden suponer hasta un 90% de la polución generada. Esto puede implicar la optimización de la logística y el transporte, y el fomento de la economía circular. A menudo, abordar este problema requiere una estrategia integral que incluya la colaboración estrecha con terceros para implementar prácticas más sostenibles.
SOSTENIBILIDAD COLABORATIVA
La sostenibilidad colaborativa en la industria farmacéutica es un enfoque que busca integrar los principios de ambientales, sociales y económicos en todas las etapas de la cadena de valor de los medicamentos. Este enfoque implica la cooperación entre los diferentes actores de la industria para lograr objetivos comunes de salud, innovación y responsabilidad.
En la actualidad, el sector farmacéutico produce un 55% más de emisiones que la industria automotriz. Una de las cuestiones más problemáticas son las emisiones de alcance 3 y la descarbonización general de la cadena de suministro, que se producen a lo largo de toda la cadena y que cuantificar es todo un desafío a partir de terceros actores indirectos. A través de la sostenibilidad colaborativa esperan establecer métodos de acción para fortalecer los vínculos con los proveedores y los clientes, para estandarizar planes de reducción de emisiones, identificar oportunidades de eficiencia y sostenibilidad, y mejorar el desempeño ambiental de toda la cadena de valor.
Implementar estas estrategias no solo beneficia al medio ambiente, sino que también ofrece ventajas competitivas a las empresas que las adopten. Los consumidores están cada vez más interesados en apoyar a empresas responsables, y los organismos reguladores se están volviendo más estrictos. Por lo tanto, la adopción de prácticas sostenibles es un paso esencial para la industria farmacéutica en su camino hacia un futuro más verde y responsable.