La compañía biofarmacéutica MSD, en España, se ha convertido en pionera en su sector al obtener la certificación de AENOR en gestión antisoborno, que premia el compromiso con la prevención del soborno y la corrupción en todas sus formas, conforme a la norma internacional UNE-ISO-37001. Esta certificación internacional acredita a aquellas organizaciones que quieren implantar un modelo de organización y gestión eficaz frente al riesgo de estas prácticas.
En este sentido, Mario Calderón, responsable de Grandes Cuentas en AENOR, ha destacado el trabajo realizado por la compañía biofarmacéutica en su compromiso con la ética y el buen gobierno, un compromiso que no es nuevo. En concreto, ha señalado que MSD entra en el grupo de 130 compañías certificadas por AENOR en esta norma internacional, un reconocimiento a la clara apuesta por la priorización de la ética y las buenas prácticas.
"El mantenimiento de esta certificación no es solo una exigencia externa de AENOR como certificador, sino también un compromiso interno para con nuestros valores fundamentales"
“Esta certificación supone un reconocimiento al trabajo y compromiso continuado de toda la compañía, desde sus orígenes, con la promoción de la cultura de tolerancia cero al soborno y con los estándares más altos de ética, integridad y buen gobierno. En este sentido tenemos una gran responsabilidad porque investigamos y desarrollamos medicamentos innovadores y vacunas que mejoran y salvan vidas. La ética y la integridad son unos de nuestros cuatro valores estratégicos y forman parte de nuestra cultura”, destaca Ana Argelich, directora general de MSD en España.
Desde la compañía apuntan que ya disponían de políticas y procedimientos que garantizaban el cumplimiento de buenas prácticas y permitían identificar, evaluar y gestionar con antelación los potenciales riesgos de soborno. En esta misma línea, a través de auditorías periódicas, MSD supervisa y verifica de forma continua su correcto funcionamiento, con el fin de detectar oportunidades de mejora y adoptar medidas correctoras mediante la implementación de planes de acción específicos.
“Nos movemos en un entorno competitivo y retador donde la sociedad y los grupos de interés, cada vez exigen a las compañías mayor responsabilidad y valores éticos en el desarrollo de su actividad empresarial. En este sentido, el mantenimiento de esta certificación no es solo una exigencia externa de AENOR como certificador, sino también un compromiso interno para con nuestros valores fundamentales, nuestra cultura y la legislación vigente”, ha concluido Argelich.