La promesa de Becton Dickinson en Zaragoza encalla: ERE, movilizaciones y descalabro bursátil

La compañía especializada en tecnología sanitaria canceló la construcción de la nueva planta en Zaragoza que prometía ser un motor de empleo

Sede Becton Dickinson (Foto. BD)
Sede Becton Dickinson (Foto. BD)
1 octubre 2024 | 07:00 h
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La multinacional sanitaria Becton Dickinson ha protagonizado una gran crisis industrial en Zaragoza al anunciar la cancelación de su proyecto para la construcción de una nueva planta de producción de jeringuillas y, de forma paralela, la puesta en marcha de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE). La noticia ha generado un fuerte impacto no solo entre los 150 empleados directos de la empresa, sino también en la sociedad aragonesa, que esperaba la llegada de un proyecto que prometía ser un motor de empleo y crecimiento económico en la región.

El proyecto de construcción, presentado con grandes expectativas, incluía la creación de una planta especializada en la fabricación de jeringas precargables y sistemas de seguridad para prevenir lesiones por pinchazos de agujas. En su primera fase, que debía concluir a finales de 2023, se esperaba la contratación de 150 trabajadores y una inversión de 66 millones de euros. La segunda fase, con una proyección hasta 2030, pretendía alcanzar una inversión total de 206 millones y la generación de 600 puestos de trabajo cualificados.

Sin embargo, Becton Dickinson decidió el pasado verano cancelar el proyecto cuando ya estaba ejecutado en un 80% de su primera fase. Como consecuencia, la empresa ha anunciado un ERE que afectará a 35 trabajadores de la planta, dejando en el aire un proyecto que había sido visto como una oportunidad crucial para la industria y la economía local de Zaragoza.

El proyecto de construcción, presentado con grandes expectativas, incluía la creación de una planta especializada en la fabricación de jeringas precargables y sistemas de seguridad para prevenir lesiones por pinchazos de agujas

El anuncio ha provocado la reacción inmediata de los trabajadores, quienes han comenzado a movilizarse para expresar su rechazo a la decisión y para exigir una solución que garantice la continuidad de sus empleos. Las protestas han sido visibles en forma de concentraciones y manifestaciones que buscan llamar la atención de las instituciones y la propia empresa sobre la gravedad de la situación.

La situación se ha vuelto aún más compleja tras conocerse que la empresa había obtenido ciertas bonificaciones fiscales para el desarrollo del proyecto. En este contexto, el Ayuntamiento de Zaragoza, a través de su concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, ha indicado que la compañía deberá devolver las bonificaciones otorgadas, valoradas en torno a los 8 millones de euros por el Impuesto de Construcciones (ICIO), ya que la empresa estaba exenta al 95% de dicho impuesto. Esta medida, aunque obligada por la situación, no logra revertir el daño causado a los trabajadores y la comunidad local.

En este contexto, el concejal socialista Horacio Royo ha criticado duramente la gestión del Gobierno municipal en relación con su política de incentivos a empresas, subrayando que el precio de venta del terreno a Becton Dickinson, fijado en 30 euros por metro cuadrado, fue significativamente más bajo que el precio estipulado para otras empresas como Microsoft, que adquirió suelo a 82 euros por metro cuadrado en el Parque Tecnológico del Reciclado, una ubicación cercana.

MALAS NOTICIAS QUE SE TRASLADAN AL RENDIMIENTO EN BOLSA

 El comportamiento en bolsa de Becton Dickinson durante el último mes ha mostrado volatilidad desde que se anunció la cancelación del proyecto de la planta en Zaragoza el 30 de agosto. A principios de septiembre, el precio de la acción comenzó en 242,41 dólares (217,55 euros), pero pronto mostró un descenso progresivo, registrando su mínimo del mes el 18 de septiembre, con un cierre a 231,59 dólares (207,84 euros). Posteriormente, hubo una ligera recuperación a finales de mes, llegando a un máximo de 241,51 dólares (216,74 euros) el 27 de septiembre. Sin embargo, la confirmación del ERE el 30 de septiembre provocó una caída del 0,91%, cerrando la cotización en 239,28 dólares (214,74 euros).

En general, durante el mes, Becton Dickinson ha experimentado una variación negativa del 0,70%, reflejando la incertidumbre y la preocupación de los inversores ante las decisiones empresariales que afectan a su presencia en España.

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