El cáncer de colorrectal es la segunda causa de muerte relacionada con el cáncer en el mundo. Se estima que, en 2020, hubo más de 1,9 millones de casos nuevos de cáncer colorrectal y se produjeron más de 930.000 muertes debido a esta enfermedad en todo el mundo. Según los últimos datos publicados por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), se diagnosticarán 44.000 nuevos casos este 2024 en España. De aquí a 2040, la carga del cáncer colorrectal aumentará a 3,2 millones de casos nuevos por año (un aumento del 63%) y a 1,6 millones de muertes por año (un aumento del 73%).
Las tasas de incidencia del cáncer colorrectal se han venido reduciendo en los países de ingresos altos, en gran parte, gracias a los programas eficaces de cribado. Por otro lado, las tasas de supervivencia de los cánceres en fase inicial son mayores que las de los cánceres que se encuentran en fase avanzada. Es importante que haya un diagnóstico previo, un tratamiento adecuado y una atención de seguimiento periódica para mejorar las tasas de supervivencia y la calidad de vida.
Con motivo del Mes Europeo de Concienciación del Cáncer Colorrectal y su Día Mundial el 31 de marzo, desde la compañía farmacéutica Merck han querido compartir cuatro testimonios en torno a esta enfermedad para concienciar y dar voz a aquellos pacientes silenciados por esta patología.
"Algo tan cotidiano como los alimentos que elegimos puede influir en nuestro riesgo de tener cáncer colorrectal"
“Quizás te sorprenda saber que algo tan cotidiano como los alimentos que elegimos, cuánto nos movemos, y el historial familiar, puede influir en nuestro riesgo de tener cáncer colorrectal. Sí, es una enfermedad que, en muchos casos, da señales que podemos aprender a reconocer: un sangrado inusual en las heces, cambios en los hábitos intestinales, dolores que no desaparecen. Si alguna vez notas algo diferente, por favor, no lo dudes y acude a tu médico de referencia, quien sabrá identificar qué está ocurriendo”, ha contado a Merck la Dra. Noelia Tarazona, oncóloga e investigadora emergente en el Hospital Clínico Universitario de Valencia.
La realidad es que el riesgo de cáncer colorrectal se puede reducir a través de hábitos saludables, haciendo ejercicio con regularidad, no fumando y reduciendo el consumo de alcohol. A su vez, se vuelve fundamental realizar exámenes periódicos para detectar la enfermedad de manera precoz.
“Mi madre era un torbellino, trabajaba sin parar dentro y fuera de casa. Ella no simplemente se murió, ignoró miles de síntomas, miles de señales de alarma, porque siempre se puso en último lugar. Lo primero para ella eran sus hijas, su familia, su casa, su trabajo”, afirma Marta Díaz, familiar de paciente fallecida de cáncer colorrectal.
ESCUCHA A TU CUERPO, ESCUCHA A TU COLON
Una vez la prevención primaria falla, ya sea por unos hábitos inadecuados o por problemas genéticos, el paciente debe enfocar todos sus esfuerzos en la prevención secundaria (screening) o cribado. Este tiene como objetivo detectar la enfermedad en una fase temprana, antes de que se manifiesten los síntomas.
“El tema del screening o las pruebas de detección de esta enfermedad, especialmente la colonoscopia, puede resultar incómodas para muchas personas y suponer un tabú, pero te aseguro, desde mi experiencia y conocimiento como profesional, que estos procedimientos son clave y salvan vidas”, afirma la Dra. Tarazon. “Si el cáncer colorrectal se detecta a tiempo, la tasa de supervivencia es del 90%”, concluye la oncóloga.
“Si el cáncer colorrectal se detecta a tiempo, la tasa de supervivencia es del 90%”
A pesar de la conocida eficacia de los programas de cribado, existe una sensación de falsa seguridad entre la población, con estudios indicando que solo un tercio de las personas entre 50 y 69 años cree tener un riesgo alto o muy alto de desarrollar cáncer de colon. Esto subraya la necesidad de aumentar la concienciación sobre la importancia de participar en los programas de cribado.
“Si por aquel entonces hubiesen existido los programas de cribado de cáncer colorrectal de ahora, me habrían detectado en un estadio incipiente la enfermedad, ahorrándome unas cuantas sesiones de radio-quimioterapia y el tratamiento de quimioterapia posterior”, declara el paciente Manuel Rozano.
Mantener una actitud positiva durante el tratamiento del cáncer de colon puede ser un aspecto crucial en el bienestar emocional y físico del paciente. La investigación ha demostrado que una perspectiva optimista puede influir positivamente en la calidad de vida y, en algunos casos, incluso en los resultados del tratamiento.
“Creo que la actitud es muy importante a la hora de enfrentarse a estas situaciones. Nunca me he considerado una persona valiente, pero no tengo miedo. Solo contemplo que lo que va a venir será bueno. La enfermedad no me evoca la muerte, sino una etapa en mi vida que sé que voy a ganar. Me tomo las pastillas como si fuese a comulgar. Convivo de maravilla con el cáncer”, afirma Octavio Villalaza, paciente con cáncer de colon.