La Consejería de Sanidad de Canarias a cargo de José Manuel Baltar recurrirá la sentencia sobre el caso Lifeblood "si es recurribe o la acatará si ya no es posible apelar", ha dicho Baltar, en referencia a la orden de ese mismo departamento que en 2011 apartó del concurso para prestar los servicios de hemodiálisis en el Hospital Doctor Negrín de Gran Canaria y en el Doctor José Molina Orosa de Lanzarote a su adjudicataria provisional, Lifeblood.
El contrato ascendía a 124,7 millones durante diecinueve años. En ese momento, la decisión del gobierno canario se cimentaba en la falta de experiencia de Lifeblood en el sector.
Y es que, el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) anuló la semana pasada esta orden de la Consejería de Sanidad. La Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJC ya había examinado este asunto en 2015 y entonces avaló las razones por las que el gobierno canario había dejado a Lifeblood fuera de ese concurso.
La decisión del gobierno canario se cimentaba en la falta de experiencia de Lifeblood en el sector
En aquel momento, Sanidad entendió que la propia Lifeblood había decidido renunciar ya que le había enviado un escrito en el que pedía que el concurso, entonces en marcha, "fuera sustituido por otro sin sospecha alguna para librarse de las injurias que estaban causando un desprestigio a su empresa".
Sin embargo, el Supremo consideró después que ese escrito de Lifeblood no conllevaba su renuncia a participar en el concurso y ordenó al TSJC retomar el expediente y dictar una nueva sentencia.
El TSJC ha cumplido ahora ese mandato y ha obligado al gobierno a retrotraer ese expediente de contratación pública al momento previo a que la mesa de contratación formulara su propuesta de adjudicación