En este sentido, y como consecuencia, se ha abierto una cruzada contra el aceite de palma que cada vez va ganando más detractores en la industria alimentaria. El primero de ellos fue SuperSano, una cadena de supermercados ecológicos que ha dejado de comprar más de 130 referencias a sus proveedores por contener el polémico aceite.
El Ministerio de Sanidad señaló que este tipo de grasa no es recomendable en el contexto de una dieta saludable, ya que eleva el colesterol y puede favorecer las enfermedades cardiovasculares
Después, Alcampo también decidió sumarse al mismo carro retirando más de 100 géneros que contenían aceite de palma, una decisión que la multinacional también decidió extrapolar a su marca blanca.
Lidl tampoco quiso ser menos… y a través de su gama Bio decidió adoptar una oferta healthy eliminando el 100% del aceite de palma de sus productos. Además, no dudó en manifestar su intención de reducir el 33% del azúcar presente en la mitad de su gama de bebidas azucaradas de sus marcas propias.
Sin embargo, la polémica que desató la alerta nutricional no acaba ahí… El debate ha generado, por otra parte, la corriente opuesta. Y es que, compañías como Ferrero, Gracomsa, Lipsa, Natra, Unilever y Vandermoortele decidieron unir sus fuerzas para defender este tipo de aceite y, para ello, desarrollaron la Fundación Española del Aceite de Palma Sostenible, una institución que se define como “fundación sin ánimo de lucro” a pesar de que su fin no parece otro que el de mantener o aumentar las ventas de estas seis empresas, que a raíz de la polémica, se han visto mermadas por el rechazo de los consumidores.
Por su parte, el Ministerio de Sanidad no podía quedarse al margen de este debate, y se pronuncio en contra de este ingrediente a través de un documento publicado en la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición(aecosan).
Compañías como Ferrero, Gracomsa, Lipsa, Natra, Unilever y Vandermoortele unieron sus fuerzas para defender el ingrediente a través de la Fundación Española del Aceite de Palma Sostenible
En el documento, la cartera liderada por Dolors Montserrat señaló que “este tipo de grasa no es recomendable en el contexto de una dieta saludable, ya que eleva el colesterol y puede favorecer la arteriosclerosis y las enfermedades cardiovasculares”.En cambio, Nestlé decidió obviar estas advertencias y su director general en España, Laurent Dereux, calificó la polémica de “alarma social injustificada” y aseguró que “la empresa lleva más de 40 años usando aceite de palma y nunca ha habido ningún problema”.
Ahora, otras grandes cadenas de distribución como Día, Mercadona, Eroski o El Corte Inglés se encuentran barajando la posibilidad de sustituir el aceite de palma de sus productos, pero no parece un propósito fácil ni a corto plazo, ya que además de encontrarse el ingrediente en infinidad de alimentos, su mala fama no significa que existan motivos de seguridad alimentaria que justifiquen su prohibición.
De todas formas, las revisiones de los límites máximos de contaminantes generados en el proceso de refinado del aceite de palma no solo se ha llevado a cabo a nivel estatal, sino que a nivel europeo, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) está llevando a cabo su propia evaluación.