Con motivo del 8M, Día Internacional de la Mujer, Janneth Rodrigues, scientific leader en el Centro de I+D de Salud Global de GSK, explica en Salud35 su percepción en torno a la igualdad de género en un sector como el farmacéutico.
¿Qué medidas cree que deberían adoptarse para promover una mayor igualdad de género en un ámbito como la investigación?
Todavía queda mucho camino por recorrer en el ámbito de la igualdad entre hombres y mujeres, pero viendo los datos del sector farmacéutico, podemos tomarlos como un gran referente si los comparamos con otros ámbitos de nuestro país. La industria farmacéutica se ha convertido en uno de los sectores a la vanguardia de la igualdad de género. Las cifras hablan por sí solas: más del 53% del empleo en esta industria es femenino. Del mismo modo, la presencia de mujeres es especialmente significativa en los departamentos de I+D, como es el caso de GSK, donde casi dos de cada tres investigadoras que trabajamos en el centro de I+D de Salud Global de Tres Cantos somos mujeres. La participación femenina en los comités de dirección de este sector también sigue creciendo, que ya es del 45%, muy por encima de la media española.
"Menos del 30% de los investigadores en todo el mundo son mujeres"
Pero fuera de esta industria, la realidad es otra muy distinta: la brecha de género en las carreras STEM sigue siendo una realidad, y las mujeres siguen estando infrarrepresentadas en la investigación y el desarrollo en todas las regiones del mundo. Incluso hoy en día, según la UNESCO, menos del 30% de los investigadores en todo el mundo son mujeres. La investigación científica es exigente y requiere una gran inversión de tiempo y esfuerzo; una realidad que, sumada al hecho de que muchas mujeres en la cima de sus carreras científicas quieren ser madres, hace que algunas de ellas acaben optando por otros trabajos que les permitan una mejor conciliación. Este es un factor clave que contribuye a esta reducción de las cifras en todo el mundo.
En mi opinión, algo que podría contribuir significativamente a crear un entorno de investigación más inclusivo y equitativo para todas las personas, independientemente de su género, sería la implementación de políticas inclusivas que promuevan la igualdad de género (como la igualdad salarial, la igualdad de acceso a las oportunidades profesionales y el equilibrio entre la vida laboral y personal). Otra medida interesante es seguir trabajando para educar y orientar desde la infancia para fomentar la participación igualitaria de las niñas y las jóvenes en actividades relacionadas con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM), rompiendo los estereotipos de género e inspirando a la próxima generación de mujeres científicas.
¿Qué cambios ha visto en términos de igualdad de género en su campo a lo largo de su carrera?
Durante siglos, la ciencia ha tenido mentes brillantes con nombres de mujeres, aunque sus nombres se hayan mantenido en la sombra o permanezcan aún en el anonimato. Actualmente, las mujeres pisan cada vez más fuerte en el ámbito de la ciencia, pero aún queda mucho camino por recorrer para que la igualdad de género sea una realidad en el campo de la investigación científica. Mi experiencia en investigación y desarrollo científico durante 20 años en tres países distintos me ha enseñado que, independientemente de lo desarrollado que esté un país, la desigualdad de género todavía existe, y especialmente para nosotras las mujeres que elegimos carreras en ciencias.
Sin embargo, a lo largo de los años ha habido un cambio gradual para mejor, y ahora estamos viendo más mujeres científicas en posiciones de liderazgo tanto en el mundo académico como en la industria. Personalmente, me siento muy agradecida de haber tenido la oportunidad de trabajar y contar con la guía de una brillante científica de América Latina que fue mi mentora y se convirtió en un claro ejemplo a seguir. En un entorno con una gran presencia masculina, su resiliencia, su arduo trabajo y sus excepcionales contribuciones científicas le han valido el reconocimiento internacional y han allanado el camino para todos sus éxitos. Ahora tiene una importante posición de liderazgo, y su historia de éxito es, sin duda, inspiradora, y da esperanzas de que el sistema, aunque de forma gradual, está cambiando para mejor.
Cuando me incorporé al centro de I+D de Salud Global de GSK en Tres Cantos, hace unos 10 años, me sorprendió gratamente trabajar con una mayoría de mujeres científicas. Por aquel entonces, no muchas ocupaban puestos de liderazgo, pero es bueno ver cómo esto está cambiando, cómo estas cifras van creciendo y cómo muchos puestos que antes eran de dominio exclusivo de hombres son ahora liderados de forma muy eficiente por mujeres.
"Fuimos pioneros en implantar una política de igualdad en el contexto empresarial y la primera compañía farmacéutica de España en obtener el 'Distintivo Igualdad en la Empresa'"
Es intimidante para las mujeres trabajar en cualquier ámbito dominado por hombres, y más aún en el ámbito de la investigación científica, donde cualquier avance o innovación científica tiene que ser impulsado por la curiosidad y el cuestionamiento, independientemente de las jerarquías existentes. A lo largo de la historia, las mujeres audaces y que han ido en contra de la corriente principal han sido sometidas, y por desgracia, estos miedos siguen presentes en nuestro ADN femenino. Así que sí, el sistema tiene que evolucionar, pero nosotras también tenemos que cambiar, ser fuertes y seguras para que podamos ser nuestras mejores versiones a pesar de las barreras y obstáculos sociales. Creo que no tenemos que esforzarnos para ser como los hombres y, en mi opinión, es importante no renunciar a nuestra feminidad y conservar nuestra sensibilidad y cuidado innatos, nuestra intuición y nuestra autenticidad. No es fácil romper los estereotipos sociales, pero no hay otro camino excepto que el de vivir nuestra propia verdad, sin miedos. Al hacerlo, podemos convertirnos en “faros” para la nueva ola de científicos de la próxima generación, ya sean hombres o mujeres.
Aunque poco a poco el papel de la mujer es cada vez más evidente en la industria farmacéutica, ¿cómo se siente su empresa al respecto?
Para mí, es un privilegio trabajar en un entorno donde se valora y fomenta la participación y contribución de las mujeres en diferentes ámbitos. El camino de las mujeres en la ciencia y la tecnología a lo largo de la historia no ha sido nada fácil, y aunque no podemos cambiar el pasado, sí tenemos la oportunidad de influir en el futuro. Por ello, la apuesta por el talento femenino es cada día una realidad en GSK España y forma parte de su ADN desde hace mucho tiempo. Las personas que formamos parte de la organización somos una prioridad y, por ello, la compañía está firmemente comprometida con la igualdad: fuimos pioneros en implantar una política de igualdad en el contexto empresarial y la primera compañía farmacéutica de España en obtener el "Distintivo Igualdad en la Empresa" (otorgado por el Ministerio de la Presidencia, Relaciones con los Tribunales e Igualdad), que renovamos por 4ª vez consecutiva en 2021.
"Las empresas deben ser motores que trabajen para generar una sociedad igualitaria, en la que las mujeres estén presentes en todas las áreas y sectores económicos"
Parte de la misión de GSK es construir un negocio inclusivo, diverso e igualitario: de los cerca de 1.800 empleados de nuestra plantilla, más del 56% son mujeres, que además ocupan más del 55% de los puestos directivos de la compañía. Asimismo, en nuestro centro de I+D de Salud Global en Tres Cantos (Madrid), donde trabajo actualmente, casi el 65% somos mujeres investigadoras.
Además, en GSK tenemos en marcha iniciativas a nivel internacional como "WomenLeadership" con la que se busca conseguir la igualdad en todos los niveles de la organización para 2025. También somos conscientes de que la educación juega un papel crucial para alcanzar la igualdad y que esta, a su vez, es clave para el desarrollo social y económico. Por ello, contribuimos a la formación de la próxima generación de mujeres y lo hacemos colaborando con diversas iniciativas que se centran en este ámbito, como el proyecto STEM TalentGirl, el Programa Promociona o la Red LEAD.
Sin duda, las empresas deben ser motores que trabajen para generar una sociedad igualitaria, en la que las mujeres estén presentes en todas las áreas y sectores económicos. En GSK España tenemos muy claro este mandato y ya estamos dando varios pasos para contribuir a la construcción de un futuro mejor y más igualitario para las próximas generaciones. De hecho, estamos viviendo un gran momento para trabajar en la ciencia, y me siento eternamente agradecida a GSK por permitirme realizar una investigación científica innovadora.