El gestor integral de riesgos sanitarios, Sham - grupo Relyens, colabora de nuevo con la Fundación por la Investigación, Docencia e Innovación en Seguridad del Paciente (FIDISP) en el estudio “La seguridad del paciente en el bloque quirúrgico: El punto de vista de los profesionales”. Una investigación, acorde con los retos del sector que persiguen ambas partes, en la que han participado 400 profesionales sanitarios con el objetivo de conocer los desafíos cotidianos a los que se enfrentan, evaluar la situación del riesgo de este bloque y presentar una serie de recomendaciones y conclusiones que mejoren el nivel de seguridad en el área quirúrgica.
“El 35% de los efectos adversos se producen derivados de una actividad quirúrgica y el 60% de ellos son evitables. Con la publicación de este estudio junto a FIDISP, han llevado a cabo un análisis basado en una metodología de escucha activa, y que busca aproximarse a la realidad del entorno quirúrgico desde la percepción de los profesionales que intervienen en él”, señala Frédéric Fuz, director de gestión de riesgos de Sham – grupo Relyens en España.
La figura del referente como persona capaz de identificar los errores y sus causas en el bloque quirúrgico es clave
Por parte del director-gerente de FIDIS, Santiago Tomás, destacó la clara relación entre las condiciones de trabajo y los factores que desencadenan los efectos adversos. Los profesionales encuestados en el estudio apuntan al nivel de actividad y relación con RRHH, el grado de cumplimiento de las barreras de seguridad habitualmente empleadas en el bloque quirúrgico y los problemas de comunicación entre los profesionales que intervienen en el área quirúrgica. El estudio recoge también que a pesar de que para los profesionales el checklist previo a una intervención es una herramienta útil para la mejora de la seguridad del paciente, un 50% de los encuestados responden no seguir correctamente este procedimiento.
Otro de los aspectos que destacan en la investigación es que cerca del 75% de los profesionales afirman que han sido instruidos en notificación de efectos adversos, aunque se observa una clara reducción de estas formaciones en las habilidades relacionadas con el trabajo en equipo.
“La figura del referente como persona capaz de identificar los errores y sus causas en el bloque quirúrgico es clave” indicó el doctor Jesús Martínez y la doctora Ruth Usó implicó a todos los estamentos del sector sanitario afirmando que “es necesario que exista un compromiso de todas las partes para lograr la reducción del riesgo, empezando por la alta dirección y llegando hasta el último profesional que forma parte de la organización”.
Es necesario que exista un compromiso de todas las partes para lograr la reducción del riesgo
Entre las conclusiones destacan la apuesta por una evaluación del grado de cumplimiento de las barreras de seguridad, estableciendo objetivos de seguridad del paciente para todos los profesionales que intervienen en el bloque quirúrgico y apostando por una planificación asistencial que tenga en cuenta las condiciones de trabajo.
Además, apuesta por promover programas formativos y reclaman una mayor concienciación de la importancia del papel de la innovación tecnológica como aliada para la reducción de riesgos médicos y la urgencia de fomentar la cultura de la seguridad del paciente en toda la organización sanitaria.