La farmacéutica semipública impulsada por Rovi, Insud Pharma y el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, Terafront Farmatech, ha optado por tener instalaciones propias para desarrollar sus medicamentos. Esta opción se ha impuesto a otras alternativas que pasaban por utilizar las fábricas ya existentes y en propiedad de las empresas que la constituyen, según ha avanzado elEconomista.es.
El Consejo de Ministros aprobó a mediados de marzo la creación de la primera sociedad mercantil de terapias avanzadas con capital público-privado de España. Como se acordó, un 49% del capital pertenece al Estado, a través de la sociedad Innvierte, y un 51% para las compañías Rovi e Insud Pharma.
En estos meses se ha conocido que la presidencia de la sociedad recae en Insud Pharma, mientras que Laboratorios Farmacéuticos Rovi, Innvierte y la propia Insud ocupan los cargos de consejeros. En el caso de Rovi será Juan López-Belmonte Encina, presidente y consejero delegado de los laboratorios, y en el de Insud Lucas Sigman, consejero delegado de la empresa.
Esta opción se ha impuesto a otras alternativas que pasaban por utilizar las fábricas ya existentes y en propiedad de las empresas que la constituyen
Javier Pérez Torrijo, secretario general y del consejo del Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Cdti), será el secretario del consejo, en el que también se encuentra Dolores Calderón Pérez, jefa del departamento de biotecnología, tecnologías de la salud y agroalimentación, dirección de evaluación y cooperación tecnológica del mismo organismo.
Esta iniciativa, que ha sido posible por el proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica (Perte) Salud de Vanguardia, contará con una aportación inicial de 36,7 millones de euro mediante Innvierte y algo más de 38 millones entre los dos socios privados, dejando así unos 75 millones de euros en total que podrían seguir ascendiendo con el paso del tiempo.