Un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) es un proceso de suspensión o extinción de las relaciones laborales, en determinadas circunstancias, que autoriza a una empresa para realizar un despido colectivo con causas justificadas.
Entre las principales razones para recurrir a esta reestructuración se encuentra la mala situación financiera, que impide mantener a todos los trabajadores y la compañía decide rescindir de una parte de la plantilla. Para ello, la empresa tiene que solicitar una autorización a la administración, más concretamente a la Consejería de Trabajo de la Comunidad Autónoma donde tenga fijada su sede. Según el artículo 51 del Estatuto de los Trabajadores que regula el despido colectivo las razones que la empresa puede alegar son causas económicas, técnicas, organizativas o de producción.
Así, según el ET para justificar causas económicas se necesitarán al menos "tres trimestres consecutivos" de pérdidas en la empresa comparadas con el año anterior. Además concurren causas técnicas cuando se produzcan cambios, entre otros, "en el ámbito de los medios o instrumentos de producción"; causas organizativas cuando se produzcan cambios, entre otros, en el "ámbito de los sistemas y métodos de trabajo del personal" o en el modo de organizar la producción y causas productivas cuando se produzcan cambios, entre otros, "en la demanda de los productos o servicios que la empresa pretende colocar en el mercado".
El ERE es un proceso de suspensión o extinción de las relaciones laborales, en determinadas circunstancias, que autoriza a una empresa para realizar un despido colectivo con causas justificadas
El primer paso del ERE es comunicar a los empleados la intención de llevarlo a cabo, con el objetivo de que estos constituyan una comisión representativa que será la encargada de negociar. Con un plazo de siete días, se abre el periodo de consultas, que conlleva el diálogo entre las partes afectadas para llegar a un acuerdo donde las consecuencias sean lo más favorable para ambas partes, como pueden ser la indemnización o la recolocación.
En ese momento, la empresa debe redactar un escrito en el que incluya la información necesaria para justificar la operación, los trabajadores afectados y la copia de la comunicación a la plantilla. 10 días de máximo después, la autoridad comprueba que se cumplen todos los requisitos que establece la ley y se emite la resolución.
CUARTO COMODÍN PARA BAYER
En el ámbito de la industria farmacéutica es muy común encontrarse con casos de ERE, ya que las compañías farmacéuticas cuentan con grandes plantillas que se pueden ver afectadas ante los malos resultados cosechados en el desarrollo o en la venta de un medicamento.
El último en recurrir a esta estrategia ha sido el grupo farmacéutico alemán Bayer, que tras cerrar el primer semestre del año en números rojos, ha iniciado las conversaciones con la representación legal de 135 trabajadores en España. Una medida que afectará a casi el 6% del total de la plantilla integrada por más de 2.400 empleados.
Desde Bayer han querido justificar el ERE apuntando a una situación de mercado en España marcada por las dificultades de acceso a nuevos fármacos y de madurez de algunas de las marcas clave de la compañía. Una decisión que parecen no compartir desde Comisiones Obreras (CCOO), que anunció el pasado miércoles que exigirán a la farmacéutica que las salidas de los empleados sean voluntarias, al observar que la compañía "utiliza con frecuencia a la plantilla como salvavidas al no alcanzar sus objetivos económicos".
El sindicato pedirá, además, que el ERE afecte al menor número de personas posibles y según han señalado, pelearán para que los que deban dejar su puesto “lo hagan en las mejores condiciones posibles”. En línea con los tiempos de un ERE, el próximo 19 de septiembre se constituirá la mesa para negociar la reestructuración del personal que afectará a los centros de Asturias, Cataluña y Madrid.
CCOO afirma que “ya son cuatro los procesos de despido colectivos que se han tramitado en los últimos años”. Por ello, han decidido velar por los derechos de las personas trabajadoras mediante el cumplimiento de la legislación
Según apuntan desde la organización, este panorama en el que se encuentra Bayer no es algo excepcional. CCOO afirma que “ya son cuatro los procesos de despido colectivos que se han tramitado en los últimos años”. Por ello, han decidido velar por los derechos de las personas trabajadoras mediante el cumplimiento de la legislación.
Estos últimos ERE mencionados por CCOO pertenecen al año 2019, donde recurrieron a dos ajustes de personal prácticamente seguidos, que supusieron una pérdida total de 120 trabajadores de la plantilla en España. Los primeros 60 se achacaron a un plan de recortes global de la alemana, y la segunda ronda, se amparó a razones organizativas y productivas de la filial.
Dos años después, llegaría el tercero de los ERE de Bayer, que finalizó en este caso con 85 empleados de centros situados en Cataluña y Madrid. En esta ocasión, la farmacéutica explicó que se debían a “la necesidad de adaptarse a la transformación digital, a los cambios de preferencias de los profesionales y a la irrupción de nuevas formas de trabajo”.