Grifols sigue sin levantar cabeza y la deuda le persigue. Ahora, la compañía farmacéutica catalana ha suspendido el pago del dividendo a sus accionistas hasta que el endeudamiento caiga por debajo de cuatro veces el Ebitda, algo que se espera que ocurra en 2024.
Esta suspensión del dividendo en Grifols se produce en el marco de la compra de su rival alemana, Biotest, por la que ha pagado 773 millones de euros más un préstamo de 318 millones para ser titular del 96,2% de los derechos políticos y del 69,72% del capital social.
Además, para adquirir la empresa alemana, la farmacéutica tuvo que solicitar 2.000 millones de euros a Bank of America, una línea de crédito que ha disparado el endeudamiento hasta 5,4 veces.
Grifols tuvo que solicitar 2.000 millones de euros a Bank of America, una línea de crédito que ha disparado el endeudamiento hasta 5,4 veces
Y es que, pese a las advertencias en repetidas ocasiones de los inversores, Grifols ha hecho oídos sordos y ha continuado con la operación que ha hecho saltar por los aires todos los ratios y objetivos fijados por la compañía. Asimismo, la farmacéutica catalana también sacrificará el dividendo para cumplir con los deseos de apalancamiento del mercado
Grifols hace años que sufre con los niveles de endeudamiento. De hecho, un informe de Moody’s de 2020 calificó a la firma como la más endeudada de los principales competidores del sector farmacéutico.
COMPAÑÍA QUE MÁS CAYÓ EN EL IBEX 35 EN 2021
El pasado 2021 también fue un año para el olvido para la empresa catalana. Grifols tocó su nivel más bajo desde hacía cinco años y se posicionó como la empresa que más cayó en el IBEX 35, al bajar un 32,48%.
La farmacéutica catalana no consiguió remontar en el mercado y sus acciones siguieron a la baja colocándose en niveles de octubre de 2014. Sus problemas con el plasma en toda la crisis del coronavirus, acrecentados de forma que la empresa incluso busca nichos de negocio en otras áreas de la compañía, han pasado factura a su cotización.
El pasado mes de noviembre, Grifols también dio carpetazo a su negocio de bolsas de sangre y cerró la producción en Brasil y en Murcia. El cierre de ese negocio en su planta de Murcia afectó al 50% de la plantilla ubicada en ese centro, con el despido de unos 165 empleados.
Anteriormente, la compañía catalana ya intentó vender esta parte de su actividad pero no lo logró, lo que la empujó a tomar la decisión de liquidar esta parte del negocio, que le obligó a cerrar su empresa en Brasil, inaugurada en 2019, y a despedir a la mitad de la plantilla de Murcia.
Ese mismo mes, la compañía catalana también reveló la venta de su negocio de hemostasia por un importe aproximado de 25 millones de dólares (21,8 millones de euros).