El grupo de investigación NanoBioCel de la Universidad el País Vasco y el centro de investigación y desarrollo tecnológico Tecnalia, se encuentran al frente de la primera bioimpresora 3D desarrollada en Euskadi que permite crear medicamentos y obtener órganos y tejidos en tres dimensiones.
Esta novedosa bioimpresora forma parte de un proyecto pionero llamado APD-Advance Pharma Development, que permitirá desarrollar terapias personalizadas en el ámbito pediátrico, en el envejecimiento saludable y en el campo de la medicina regenerativa. A la hora de explicar cómo funciona exactamente este dispositivo se encuentran tres pilares: los cabezales de impresión de extrusión; el chorro de tinta; y la termofusión.
Víctor Guarnizo, investigador de Tenalia, indica que la gran ventaja de esta bioimpresora es que “puede utilizar cinco cabezales diferentes a la vez”, otorgando una gran variabilidad de usos y combinaciones. A la hora de conocer sus funcionalidades, el experto señala dos grandes grupos: la utilización de células vivas (bioimpresión 3D) y la utilización de fármacos (impresión 3D), es decir, la creación de tejidos y órganos, o la producción de medicamentos.
La creación de formas farmacéuticas personalizadas y adaptadas, como imprimidos masticables, geles, caramelos o incluso impresiones directas en alimentos, facilita la administración y aceptación de los medicamentos por parte de los niños
En el apartado farmacéutico el dispositivo aporta grandes novedades y ventajas, entre las que se encuentran: la personalización de las dosis según las necesidades específicas de cada paciente, incluyendo la concentración del fármaco, el tamaño y la forma; la liberación controlada de fármacos, permitiendo el diseño y fabricación de formas farmacéuticas con perfiles de liberación específicos; la combinación de múltiples fármacos, muy útil en casos donde se requiere la administración de terapias combinadas; y la fabricación de formas personalizadas con geometrías complejas y diseños personalizados, facilitando la administración en los pacientes pediátricos y geriátricos.
Es precisamente en esta última funcionalidad donde aparece otra de las principales características de la bioimpresora desarrollada por la UPV y Tecnalia. Los niños a menudo requieren dosis de medicamentos adaptadas a su peso, edad y metabolismo. Las impresoras 3D de medicamentos permiten la fabricación de dosis personalizadas, facilitando así, la administración de la cantidad exacta de medicamento necesaria. “La creación de formas farmacéuticas personalizadas y adaptadas, como imprimidos masticables, geles, caramelos o incluso impresiones directas en alimentos, facilita la administración y aceptación de los medicamentos por parte de los niños, mejorando la adherencia al tratamiento”, subraya Víctor Guarnizo.
Otro de los beneficios que consigue la población pediátrica con el dispositivo, es la reducción del estrés y la ansiedad en el momento de la toma del medicamento. Los más pequeños suelen resistirse a las pastillas convencionales, por ello las formas más atractivas que ofrece la bioimpresora pueden ayudar a reducir su miedo y malestar.
El investigador de TECNALIA recuerda que la impresión en 3D de medicamentos en este tipo de población “está en desarrollo y requiere de rigurosos estudios clínicos y aprobaciones regulatorias”. Siempre con el objetivo principal de garantizar la seguridad y eficacia de las formulaciones personalizadas. Sin embargo, busca dar un punto de vista positivo y asegura que esta tecnología dispone de un “gran potencial” para mejorar la atención pediátrica, y “podría tener un impacto significativo en la calidad de vida de los niños”.
El siguiente paso en la bioimpresión 3D e impresión 3D dirigida a la industria farmacéutica implica la consolidación de técnicas y tecnologías, así como la validación clínica y regulatoria de los productos impresos
Durante este año y 2024, los investigadores han anunciado que se centrarán en la fase experimentaly evolución del software e inteligencia de la máquina. Siempre con el objetivo de que hospitales y unidades de farmacia puedan contar con bioimpresoras para la fabricación de imprimidos y bioestructuras. En definitiva, el proyecto responde a la apuesta de TECNALIA por ofrecer a la industria farmacéutica un apoyo integral en la I+D de medicamentos y desarrollando tecnologías para los procesos de impresión 3D de medicamentos en medicina personalizada.
“El siguiente paso en la bioimpresión 3D e impresión 3D dirigida a la industria farmacéutica implica la consolidación de técnicas y tecnologías, así como la validación clínica y regulatoria de los productos impresos en 3D”, apunta Víctor Guarnizo, que para concluir, de cara al mañana, señala que a medida que la investigación avanza y se superan los desafíos técnicos y regulatorios, se espera que la impresión 3D “transforme la manera en la que se desarrollan y administran los medicamentos, abriendo nuevas posibilidades para la personalización y la eficacia terapéutica”.