La multinacional alemana, Merck KGaA, ha demostrado un fuerte compromiso con las terapias celulares y genéticas, áreas de medicina personalizada que ejemplifican hacia donde se dirigirá este sector en el futuro. Una estrategia que se refleja claramente en cómo la biofarmacéutica se centra en proporcionar soluciones avanzadas para tratamientos que aborden enfermedades complejas como las autoinmunes, los trastornos genéticos o el cáncer.
Noemí Reguera, managing director de Life Science de Merck en España, explica a Salud35 que desde la biofarmacéutica se esfuerzan por apoyar a los pacientes durante todo el difícil proceso, desde el desarrollo inicial hasta la producción final. “Nuestro enfoque integral incluye no solo productos innovadores, sino también servicios esenciales y testing, lo que garantiza que cumplimos con las necesidades cambiantes de la industria y, al mismo tiempo, nos alineamos con nuestro compromiso general de mejorar la salud de los pacientes”, indica Reguera.
Merck ha situado sus terapias genéticas y celulares, englobadas en su división Life Science, como uno de los pilares clave de la compañía. Prueba de ello, ha invertido significativamente en la investigación para estar a la vanguardia en esta área, reconocida por estar continuamente en rápido crecimiento.
“Este enfoque transformador no solo simplifica el proceso de tratamiento, sino que también ofrece la posibilidad de mejores resultados y una mejor calidad de vida para los pacientes”
Más concretamente, las terapias genéticas se caracterizan por enfocarse en modificar los genes directamente, esto implica reemplazar un gen defectuoso por uno sano, desactivar uno que causa problemas o introducir un nuevo gen para combatir la enfermedad. Por parte de la terapia celular, se basa en utilizar células para tratar enfermedad, estas pueden ser del propio paciente o de un donante.
Ambas terapias cuentan con un gran potencial para tratar una amplia gama de enfermedades que antes parecían impensables y suponen un avance frente a los tratamientos convencionales. En este sentido, Reguera destaca que una de las ventajas principales es que de una dosis única pueden proporcionar un tratamiento duradero, en lugar de requerir múltiples tratamientos a lo largo de la vida del paciente. “Este enfoque transformador no solo simplifica el proceso de tratamiento, sino que también ofrece la posibilidad de mejores resultados y una mejor calidad de vida para los pacientes”, añade.
Sin embargo, el camino hasta que el paciente recibe estas terapias no es para nada fácil y se encuentra repleto de desafíos. La compañía alemana enfrenta problemas como la necesidad de reducir costes de producción, mejorar la accesibilidad de las terapias y asegurar su seguridad y eficacia a largo plazo.
"Al proporcionar este marco innovador, nuestro objetivo es apoyar el rápido avance de la industria y garantizar que los tratamientos innovadores lleguen a los pacientes de la manera más rápida que nunca"
“Uno de los mayores desafíos que enfrenta Merck en el desarrollo y comercialización de terapias celulares y genéticas es la naturaleza única de cada terapia. Dado que cada tratamiento puede requerir diferentes líneas celulares, medios o estrategias de alimentación, debemos adaptar continuamente nuestros procesos”, señala la managing director de Life Science de Merck en España, quien además añade que esta variabilidad puede complicar los esfuerzos para acelerar la producción, mejorar los rendimientos y lograr escabilidad, “por lo que es esencial innovar y perfeccionar nuestros enfoques”.
De cara al futuro, Merck, siempre con la máxima de hacer que las terapias celulares y genéticas sean accesibles para pacientes de todo el mundo, avanza hacia un enfoque de producción más estandarizado y basado en protocolos.
“Nuestro objetivo es desarrollar un modelo "plug-and-play" que agilice el proceso de producción, permitiendo a las empresas llevar sus terapias al mercado de forma más rápida y eficiente. Al proporcionar este marco innovador, nuestro objetivo es apoyar el rápido avance de la industria y garantizar que los tratamientos innovadores lleguen a los pacientes de la manera más rápida que nunca. Esto es importantísimo. De nada sirve innovar si la innovación no llega a tiempo a quien más lo necesita”, concluye Noemí Reguera.