La colaboración entre universidades y empresas farmacéuticas ha emergido como una poderosa estrategia dentro del sector farmacéutico para impulsar la innovación. Este tipo de alianzas permite combinar el rigor y la profundidad de la investigación académica con los recursos y la orientación hacia el mercado de la industria.
El profesor de la Universidad Jaume I de la Facultad de Ciencias de la Salud, Javier Santos Burgos, explica en una entrevista a Salud35 las diversas formas en que se concretan estas colaboraciones, los objetivos comunes que persiguen, las actividades y proyectos que suelen involucrar.
¿En qué consiste la colaboración entre universidad y empresa farmacéutica?
La colaboración entre Universidad y farmacéutica se puede hacer desde diferentes ángulos. Por una parte, la empresa farmacéutica puede subcontratar la realización de servicios y desarrollos a la Universidad, pero también cabe la posibilidad de la realización de investigaciones conjuntas a través de proyectos colaborativos. Otra vía es la transferencia de tecnología desde la Universidad a la empresa privada, lo que permite desarrollar industrialmente nuevos productos del sector farmacéutico.
Además, existe la posibilidad de crear Aulas y Cátedras de empresa-universidad, las cuales acercan el mundo farmacéutico a diferentes colectivos de la sociedad, proporcionando además un ambiente de colaboración muy abierta que redunda en el beneficio común. Las empresas también pueden participar en programas de formación y educación en el ámbito universitario. Por último, las compañías farmacéuticas a menudo colaboran con investigadores académicos y centros médicos universitarios para llevar a cabo ensayos clínicos.
¿Cuáles son los objetivos principales que suelen perseguir tanto la universidad como la empresa farmacéutica al colaborar juntas?
Ambas partes comparten el interés en el avance del conocimiento científico en áreas relevantes para la salud humana, lo que implica el desarrollo de investigaciones básicas para comprender mejor las enfermedades y sus mecanismos subyacentes, así como la realización de estudios aplicados para desarrollar nuevos enfoques terapéuticos.
¿Qué tipos de actividades o proyectos suelen involucrar esta colaboración entre la universidad y la empresa farmacéutica?
La universidad y la empresa pueden desarrollar proyectos conjuntos financiados en diferentes convocatorias de ayudas públicas o privadas, pero también pueden realizar desarrollos bilaterales en beneficio de sus grupos de interés. La empresa privada también puede adquirir tecnologías farmacéuticas desarrolladas en las universidades, además de colaborar en la concepción y desarrollo de ensayos clínicos para probar la seguridad y eficacia de nuevos medicamentos y tratamientos.
"Hay que ser consciente de que se trata de un camino largo y con un alto riesgo"
Cualquier desarrollo realizado entre la Universidad y la empresa farmacéutica es susceptible de alcanzar la comercialización. Eso sí, hay que ser consciente de que se trata de un camino largo y con un alto riesgo, por lo que hay que revisar constantemente los avances realizados sin dejar de escuchar al mercado. La Universidad es un vivero de ideas y de proyectos que pueden llegar hasta la fase de aceleración, desde la cual, junto con una empresa farmacéutica, se puede alcanzar con mayor probabilidad la fase de comercialización.
¿En qué etapas del proceso de investigación y desarrollo farmacéutico se involucran principalmente las universidades en colaboración con las empresas?
Las universidades pueden involucrarse en múltiples etapas del proceso de investigación farmacéutica, lo cual dependerá del conocimiento específico del grupo de investigación universitario. Esta colaboración puede ir desde las fases muy tempranas del diseño y descubrimiento de fármacos hasta la realización de ensayos clínicos de cualquier fase.
¿Qué medidas se implementan para garantizar una comunicación efectiva y una colaboración productiva entre la universidad y la empresa farmacéutica? ¿Cómo se gestionan y protegen estos datos?
Esta colaboración se garantiza, en primer lugar, a partir de cauces preestablecidos de comunicación, que permiten generar espacios de confianza para el trabajo común. Además, previo a cualquier colaboración se establecen acuerdos y convenios específicos que regulan la interacción, donde se definen los potenciales conflictos de interés y sus vías de solución.
Con estos se definen las aportaciones iniciales de los socios, así como las condiciones de explotación de los resultados a futuro. Entre el clausulado de estos convenios se recoge la forma de tratar cualquier dato susceptible, así como la potencial confidencialidad de estos.
¿Cuáles son los desafíos comunes que enfrentan las universidades y las empresas farmacéuticas al colaborar juntas, y cómo se abordan estos desafíos?
Los desafíos comunes responden a las necesidades médicas y terapéuticas de las diferentes enfermedades que aquejan al ser humano, y ambos tipos de organizaciones tienen los mismos objetivos finales. En la Universidad prima la investigación fundamental o básica, difícilmente transferible a la sociedad sin un socio industrial, por eso estas colaboraciones generan un gran valor para ambas partes. Sin embargo, es necesario trabajar para comprender ambos tipos de organizaciones, las cuales tienen lenguajes bastante diferentes.