Según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), un problema de suministro es una situación en la que las unidades disponibles de un medicamento en el canal farmacéutico son inferiores a las necesidades de consumo nacional o local. Suelen ser debidos a problemas en la fabricación o distribución del medicamento.
Estas situaciones son comunicadas a la Aemps, bien por las autoridades sanitarias de las comunidades autónomas, cuando las detectan, o bien por los titulares de la autorización de comercialización del medicamento, que están obligados a informar a esta entidad sobre cualquier restricción anormal en el suministro de sus medicamentos. Si bien parece algo excepcional lo cierto es que cuando estos problemas afectan a fármacos más populares tiene una mayor repercusión o impacto social.
Sin embargo, en el mercado farmacéutico español, persisten los problemas de suministro de medicamentos. A lo largo del último mes, el número de incidencias se ha mantenido próximo al centenar, con semanas que han alcanzado picos de 129 o 115 presentaciones comercializadas afectadas. Así, las cifras indican que la situación de suministro de las oficinas de farmacia no se ha normalizado todavía y que el problema sigue generando trastornos a los pacientes y a los propios farmacéuticos.
A lo largo del último mes, el número de incidencias se ha mantenido próximo al centenar, con semanas que han alcanzado picos de 129 o 115 presentaciones comercializadas afectadas
Medicamentos tan conocidos como el ansiolítico Trankimanzin, de Pfizer, es uno de los más recurrentes en las notificaciones de falta de suministro. Otros también muy conocidos como el antifúngico Clotrimazol de Teva también se encuentran entre los desabastecidos.
De los 20 medicamentos que con más frecuencia han notificado problema de faltas en las farmacias, el antimigrañoso Zomig Flas de 5 miligramos, comercializado por Grünenthal superan los 10 euros a PVP.
La gran mayoría de fármacos (15 presentaciones) cuyo desabastecimiento se ha informado con mayor frecuencia tiene un precio inferior a cinco euros. Otros muy consumidos como el Neobrufen de Mylan también se une a la escasez de stock. El Alopurinol de Normon o Dolorac de Ferrer también se encuentran en el top 20 de medicamentos con problemas de suministro.
PACIENTES CON MÁS PROBLEMAS
Es el caso de Buscapina Compositum comprimidos, indicado para el tratamiento del dolor agudo post-operatorio o post-traumático moderado o intenso y del dolor de tipo cólico. Hasta abril de 2020 no está previsto que su suministro se normalice, según la AEMPS.
Otra presentación desabastecida desde septiembre, cuya falta puede generar problemas a los pacientes que sufren de epilepsia es Mysoline, un antiepiléptico sin alternativa ni genérico que utilizan muchos afectados como tratamiento de larga duración. La Aemps prevé que el problema no se resuelva antes del 31 de diciembre.
Asimismo, para los pacientes está resultando muy complicado encontrar la presentación en cápsulas de Kreon, que se usa para el tratamiento de la insuficiencia pancreática exocrina con el fin de favorecer la digestión y absorción de alimentos a las personas que no pueden fabricar enzimas pancreáticas en cantidad suficiente.
Además de las presentaciones mencionadas, son recurrentes las notificaciones de faltas de medicamentos tan conocidos como la Famotidina de Cinfa, utilizada para tratar enfermedades que están asociadas con el ácido producido por el estómago; el anticonceptivo oral Ovoplex; Plantaben para aliviar el estreñimiento; el laxante Plantago Ovata Madaus también de laboratorios Cinfa o Timolol de Sandoz.
De igual modo, a lo largo de este 2019, otros como Gine-canesten, Ansium cápsulas duras, la pomada Fucidine, Dolorac, Lactisona, así como Penilevel, también han sido protagonistas en este top 20 de medicamentos más desabastecidos en España durante el año. En todos los casos se trata de medicamentos de prescripción médica.