Más de 200 residentes de Ballesol han entregado un talón solidario con un valor total de 8.665 euros a la Fundación CRIS contra el cáncer, con motivo del Día Internacional de la Personas Mayores que se conmemora el próximo domingo, 1 de octubre. Esta recaudación se ha hecho posible a través de talleres de reciclaje y laborterapia realizados durante el último año en sus residencias.
Esta iniciativa ha transformado a las personas mayores en verdaderos artistas dando ejemplo, reciclando, reutilizando materiales y objetos para crear obras de arte. De esta forma, han transformado andadores con su imaginación y de la reutilización de sus piezas en diferentes tipos de meninas. Por otro lado, han reciclado los manteles de la residencia en almohadones pintados de flores por los propios residentes para que en la palabras de estos nuevos artistas “la persona que lo compre pueda dormir entre flores”, desean los propios residentes de Ballesol.
Va a contribuir en la financiación de la investigación de la Unidad CRIS de Terapias Avanzadas en cáncer infantil
Con el reciclaje de otros objetos como sábanas en mantones de manila, cápsulas de café en maceteros con mensajes reivindicativos sobre el “protagonismo de las personas mayores en la sociedad y la importancia de darle vida a los años”, se va a contribuir en la financiación de la investigación de la Unidad CRIS de Terapias Avanzadas en cáncer infantil situada en el Hospital Universitario La Paz en Madrid.
Demos recordar que en España, 200 niños mueren por cáncer cada año. Este proyecto, que pretende ayudar a estos niños, fue creado y desarrollado por los propios residentes después de escuchar los testimonios, esfuerzos y sueños de todas las familias que luchan y padecen el cáncer infantil.
"Este tipo de impulsos solidarios aumenta la autoestima de la persona, fomenta su participación social, su satisfacción y protagonismo"
“Ellos mejor que nadie saben lo que es la resiliencia ante las adversidades”, coinciden los psicólogos de Ballesol. Por su parte los residentes y artistas entienden que “el compromiso, la empatía con los enfermos de cáncer, reporta felicidad como proyecto común”. “Independientemente de las habilidades, capacidades cognitivas o los problemas de motricidad que pueda tener un residente, este tipo de impulsos solidarios aumenta la autoestima de la persona, fomenta su participación social, su satisfacción y protagonismo dentro del marco de un envejecimiento activo y saludable”, afirma Luis López, coordinador del departamento de Animación Sociocultural de Ballesol.