El país estadounidense continúa alerta ante la crisis de opiáceos. Ahora, el fiscal general de Texas, Ken Paxton, ha abierto una investigación contra Walmart para poder esclarecer si Walmart cometió violaciones relacionadas con la promoción, venta, dispensación y distribución de opioides recetados.
En concreto, según ha informado Reuters, la investigación se centra en el cumplimiento de Walmart con el requisito de presentar documentación relacionada con sus pedidos de opioides a la Agencia del Medicamento de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), así como a todas las agencias estatales en Texas.
"He luchado por los ciudadanos que se han visto trágicamente afectados por la comercialización y venta ilegal de opioides, que han causado adicción y la muerte prematura de miles de personas. Estoy comprometido a responsabilizar a las farmacias si desempeñaron un papel en esta devastadora epidemia", ha reiterado el fiscal.
En 2020, el gobierno federal demandó a Walmart por su presunta falta de informes sobre pedidos sospechosos de opioides
Por su lado, Walmart ha señalado que responderá a las preguntas del Fiscal General y que confía en su historial sobre la seguridad de los opioides.
En 2020, el gobierno federal demandó a Walmart por su presunta falta de informes sobre pedidos sospechosos de opioides.
Esa demanda quedó en suspenso a finales del año pasado mientras la Corte Suprema de los Estados Unidos consideraba un caso separado que involucraba la condena penal de dos médicos declarados culpables de usar indebidamente sus licencias médicas para surtir miles de recetas de medicamentos adictivos para el dolor.
A principios de esta semana, la Corte Suprema falló unánimemente a favor de los dos médicos, quienes argumentaron que sus juicios fueron injustos porque los jurados no recibieron instrucciones de considerar si tenían razones de "buena fe" para creer que sus numerosas recetas de opioides eran médicamente válidas.
La demanda del gobierno federal contra Walmart está programada para reanudarse el 11 de julio.
Walmart, junto con dos operadores de cadenas de farmacias, fue declarado culpable en noviembre por alimentar la epidemia de opioides en dos condados de Ohio.