La farmacéutica estadounidense Eli Lilly and Company sigue recibiendo malas noticias durante estos últimos meses del año. Después de obtener unos resultados negativos en el tercer trimestre de 2022, ahora ha sido víctima de una suplantación de identidad en Twitter.
Una de las primeras decisiones del nuevo propietario de la red social azul ha sido la incorporación de un nuevo servicio en el que cualquier usuario pueda adquirir la verificación de cuenta por ocho dólares. Los expertos ya vaticinaban que esta media podría desencadenar una serie de suplantaciones y así fue.
El jueves 10 de noviembre apareció una nueva cuenta bajo el nombre @EliLillyandCo que difundió el falso mensaje de que a partir de ese mismo momento la insulina pasaba a ser gratis. “Estamos emocionados de anunciar que la insulina es gratis ahora”.
Como principal consecuencia, las acciones de la farmacéutica estadounidense cayeron en Wall Street, llegando a un valor mínimo de 346,36 dólares (335,39 euros), un 5,9% menor que los 368,36 dólares (356,69 euros) del jueves. Horas después, la cuenta oficial de Eli Lilly publicó un tuit en el que pedían perdón por lo sucedido y aclaraban que su cuenta oficial es @LillyPad.
MALAS PREVISIONES
La farmacéutica estadounidense que se caracteriza por fabricar y distribuir tratamientos médicos para el cáncer, afecciones cardiovasculares, desórdenes del sistema nervioso central y endocrino, la diabetes, enfermedades contagiosas, e incluso de conjuntos para pruebas de diagnóstico, anunció a principios de noviembre que las ganancias e ingresos anuales se encontraban por debajo de las estimaciones anteriores. En cifras, la previsión de ingresos a principios de año se esperaba que se encontrase entre los 28.800 y los 29.300 millones de dólares (27.113.392.128 y 28.372.228.096 euros respectivamente), ahora se sitúa 300 millones de dólares (290.528.768 euros) por debajo.
La compañía anuncio que las ganancias e ingresos anuales se encontraban por debajo de las estimaciones anteriores
La insulina de Eli Lilly y su precio ya estuvieron señaladas en mayo de este año por un fiscal general del estado de Arkansas, en Estados Unidos, que demandó a la compañía por cobrar precios excesivos, precisamente para la insulina.