Trump desata una nueva ofensiva arancelaria sobre medicamentos y chips por “seguridad nacional”

El Gobierno estadounidense invoca a la Sección 232 para justificar nuevas tarifas que buscan reducir la dependencia de importaciones clave. La industria alerta de riesgos para el acceso a medicamentos y el abastecimiento tecnológico

Trump amenaza con aranceles al sector farmacéutico (Fotomontaje: Consalud)
Trump amenaza con aranceles al sector farmacéutico (Fotomontaje: Consalud)
Salud35
15 abril 2025 | 11:00 h
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El Gobierno de Donald Trump ha iniciado investigaciones formales sobre las importaciones de productos farmacéuticos y semiconductores, con el objetivo de aplicar nuevos aranceles a ambos sectores bajo el argumento de que la dependencia de la producción extranjera supone una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos. Los documentos, publicados este lunes en el Registro Federal, detallan un periodo de comentarios públicos de 21 días y representan el último movimiento del presidente para aplicar la controvertida Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962.

Esta disposición legal, utilizada en múltiples ocasiones durante su primer mandato, ya sirvió de base para aplicar aranceles del 25% al acero, aluminio y vehículos, y ha vuelto a ser empleada desde su regreso a la Casa Blanca en enero. En esta ocasión, las nuevas investigaciones comenzaron el 1 de abril y se centran en la cadena de suministro de medicamentos, ingredientes farmacéuticos y chips, sectores que, según la administración, deben reforzarse a nivel nacional.

Aunque recientemente Trump excluyó de los aranceles a teléfonos móviles, ordenadores y otros dispositivos electrónicos importados de China, el presidente anunció que los semiconductores serán objeto de nuevos gravámenes a partir de la próxima semana, y que existe margen para negociarexcepciones con determinadas empresas.

"La política arancelaria de Trump es uno de los mayores shocks que han afectado a la economía estadounidense en muchas décadas”

La medida ha provocado tensiones en los mercados financieros. Desde el anuncio, los principales índices bursátiles estadounidenses han caído más de un 10% respecto a los máximos alcanzados tras las elecciones. Economistas han revisado a la baja sus previsiones económicas, anticipando más inflación y un aumento del desempleo. El gobernador de la Reserva Federal, Christopher Waller, calificó la política arancelaria de Trump como “uno de los mayores shocks que han afectado a la economía estadounidense en muchas décadas”.

El expresidente Joe Biden intentó reducir la dependencia de chips extranjeros, especialmente de Taiwán, a través de subsidios a fabricantes bajo la Ley de Chips. Sin embargo, Trump sostiene que Estados Unidos sigue siendo vulnerable y necesita acelerar su autosuficiencia.

En el caso de los productos farmacéuticos, la industria ha advertido de que la imposición de aranceles podría derivar en escasez de medicamentos y dificultades de acceso para los pacientes. Aun así, Trump ha reiterado la necesidad de producir más medicamentos en territorio nacional, pese a las presiones de las grandes farmacéuticas, que abogan por una aplicación gradual de las tarifas para tener margen de adaptación.

Las compañías del sector mantienen líneas de producción globales, principalmente en Estados Unidos, Europa y Asia, y advierten de que trasladar esa capacidad de forma significativa a Estados Unidos requeriría años e importantes inversiones.

“El anuncio nos da un respiro y visibilidad sobre cuándo podrían esperarse los aranceles”, comenta Courtney Breen, analista de Bernstein. “Nos estamos preparando para que los nuevos gravámenes se anuncien a mediados de mayo y contemplamos un rango del 10% al 25%, con posibles excepciones”.

Por su parte, Gary Shapiro, presidente de la Asociación de Tecnología del Consumidor, ha cuestionado la decisión de excluir temporalmente a ciertos dispositivos tecnológicos, calificándola como un reconocimiento tácito de que los aranceles podrían perjudicar directamente a los consumidores. Además, critica que se utilice la Sección 232 como base legal en lugar de la IEEPA (Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional), considerándolo un intento de justificar medidas más duraderas. “Necesitamos una estrategia comercial más inteligente y específica, que se base en alianzas sólidas para competir con China”, concluye Shapiro.

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