Sostenibilidad, innovación y un mercado integrado: las claves del atractivo farmacéutico europeo

Con un mercado integrado, estándares regulatorios avanzados y liderazgo en sostenibilidad, la UE-27 se posiciona como un destino atractivo para la industria farmacéutica, aunque enfrenta retos como altos costos laborales y fragmentación regulatoria

Medicamentos en la UE (Fotomontaje: Microsoft IA)
Medicamentos en la UE (Fotomontaje: Microsoft IA)
José Iborra
17 febrero 2025 | 07:00 h
Archivado en:

La capacidad de un país para posicionarse como un destino atractivo para la localización de la producción es fundamental en un mundo globalizado y competitivo. En este contexto, los países de la Unión Europea (UE-27) presentan una variedad de fortalezas y debilidades que los hacen más o menos atractivos para las empresas, especialmente en la industria farmacéutica, que es clave para la economía de la región. En un reciente informe se analiza el panorama de la UE-27 en términos de competitividad industrial, infraestructura y sostenibilidad económica, utilizando un modelo que destaca sus ventajas y desafíos.

En este sentido, una de las principales ventajas de la UE como localización para la producción farmacéutica radica en su mercado interno integrado. Con más de 447 millones de consumidores, las empresas farmacéuticas tienen acceso a una base de clientes significativa sin barreras comerciales internas, lo que facilita la distribución y comercialización de productos médicos. Además, la UE-27 ofrece un alto nivel de estabilidad política y jurídica, lo que brinda confianza a los inversores extranjeros. Es por ello, que los estrictos estándares de gobernanza, la protección de los derechos de propiedad intelectual y las leyes regulatorias avanzadas son aspectos clave que favorecen el entorno empresarial para la industria farmacéutica.

En términos de infraestructura, muchos países de la región cuentan con redes logísticas avanzadas, incluyendo puertos, ferrocarriles y carreteras que facilitan el transporte de medicamentos tanto dentro como fuera del continente. Asimismo, destacan países como Alemania, Países Bajos y Francia por su conectividad y capacidad de transporte multimodal, lo que resulta esencial para el transporte rápido y seguro de productos farmacéuticos.

Países como Alemania, Países Bajos y Francia destacan por su conectividad y capacidad de transporte multimodal

Por otro lado, la UE lidera a nivel global en iniciativas de sostenibilidad y transición verde. De esta manera, políticas como el Pacto Verde Europeo, entre otras, incentivan a las empresas a adoptar prácticas más sostenibles, lo que resulta atractivo para las farmacéuticas que buscan cumplir con estándares ambientales estrictos y reducir su huella de carbono.

Entre las naciones europeas, Alemania se destaca como un líder industrial, con una base tecnológica avanzada, mano de obra altamente cualificada y una fuerte inversión en investigación y desarrollo de medicamentos. Irlanda, por su parte, sobresale por su entorno fiscal competitivo, atrayendo a grandes farmacéuticas, y cuenta con una fuerza laboral altamente educada.  Además, Polonia ofrece costes laborales competitivos y una creciente infraestructura logística. Mientras, los Países Bajos, con su excelente conectividad global, se han convertido en un hub de distribución, mientras que España aporta diversidad sectorial y proximidad a mercados emergentes en África y América Latina.

Sin embargo, a pesar de sus fortalezas, la UE también enfrenta diversos desafíos que pueden limitar su atractivo como localización de producción farmacéutica. Los costes laborales altos en estos paises representan una barrera significativa para las empresas que buscan reducir gastos.

Otra debilidad significativa es la desigualdad en el desarrollo infraestructural entre países del norte y oeste de Europa

Por otro lado, la fragmentación regulatoria dentro de la UE, con diferencias específicas entre los países en temas como aprobaciones regulatorias y precios de medicamentos, puede generar complejidad para las empresas que operan en múltiples mercados. Además, la dependencia de energía importada expone a la región a fluctuaciones en los precios de la energía, un factor clave para las plantas de producción de medicamentos, que suelen ser intensivas en consumo energético.

Otra debilidad significativa es la desigualdad en el desarrollo infraestructural entre países del norte y oeste de Europa, que cuentan con infraestructuras de clase mundial, y los del este y sur, donde todavía persisten deficiencias en conectividad y redes logísticas. Sin embargo, el futuro panorama para la UE como destino de producción farmacéutica sigue siendo positivo. Las oportunidades clave incluyen el impulso a la transición verde, que atrae a empresas interesadas en descarbonizar sus operaciones, y la digitalización, con tecnologías avanzadas como la automatización y el Internet de las Cosas que podrían mitigar los altos costos laborales.

La relocalización post-covid también representa una oportunidad para la UE, ya que muchas farmacéuticas buscan acortar su cadenas de suministro y reducir su dependencia de Asia. Esto podría beneficiar especialmente a países con costos laborales competitivos como Polonia, Hungría y Rumanía, que han demostrado ser destinos atractivos para la producción de medicamentos genéricos y biosimilares.

Además, iniciativas de apoyo a la investigación y el desarrollo, como "Horizon Europe", fomentan la innovación farmacéutica y el desarrollo de tecnologías biomédicas avanzadas, atrayendo a empresas de sectores de alta tecnología.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.