La compañía Roche ha puesto en marcha una "reorganización fundamental" de Spark Therapeutics, la unidad de terapia génica que adquirió en 2019 por 4.300 millones de dólares (3.945,49 millones de euros). La farmacéutica suiza reveló la reestructuración en su informe financiero anual, publicado en enero, señalando que la medida forma parte de un cambio estratégico más amplio en su división farmacéutica.
Aunque los detalles finales del plan aún se están ultimando, la compañía ha adelantado que ciertas actividades continuarán en la planta actual de Spark en Filadelfia, mientras que otras se consolidarán dentro de la división farmacéutica de Roche. La empresa todavía no ha definido cuántos empleados se verán afectados ni si se mantendrá la marca Spark.
El plan de reorganización ha llevado a Roche a registrar un deterioro total de 2.120 millones de francos suizos (2.206,36 millones de euros) en el valor contable de Spark, eliminando la unidad de sus transacciones estratégicas y clasificándola como una operación de producto. Según el informe financiero de la compañía, los ingresos futuros estimados de Spark no justificaban mantener su valoración original, ni tampoco ofrecían sinergias significativas con otros productos de la división farmacéutica.
El rendimiento comercial de Spark ha estado lejos de las expectativas iniciales
Roche había comenzado a ajustar Spark antes de este anuncio, con una inversión de 184 millones de dólares (168,83 millones de euros) en reestructuración en 2024. Para 2025, la compañía estima que la reorganización tendrá un costo adicional de 340 millones de dólares (311,97 millones de euros).
El rendimiento comercial de Spark ha estado lejos de las expectativas iniciales. Luxturna, su única terapia genética en el mercado desde 2017 para tratar una forma rara de pérdida de visión hereditaria, generó solo 20 millones de dólares (18,35 millones de euros) en ventas en 2023, lo que representa una caída del 59% respecto al año anterior.
La difícil situación de Spark refleja los desafíos más amplios que enfrenta el sector de la terapia génica. Inicialmente, la compra de Roche fue vista como un hito en la industria, con la gran farmacéutica apostando por esta innovadora modalidad terapéutica. Sin embargo, los altos costes de desarrollo, la complejidad regulatoria y la falta de adopción generalizada han llevado a que varias compañías del sector enfrenten dificultades financieras y estratégicas.
Roche ha confirmado que Luxturna continuará en su portafolio y que sigue comprometida con la terapia génica
Recientemente, Pfizer anunció el retiro global de Beqvez, su terapia génica para la hemofilia B aprobada por la FDA, y vendió su cartera de programas preclínicos de terapia génica a AstraZeneca. A su vez, Bluebird Bio, una de las pioneras en el desarrollo de estas terapias, ha visto caer su valoración de 10.000 millones de dólares (9.175,55 millones de euros) a tan solo 29 millones (26,61 millones de euros), tras su venta a fondos de inversión privados.
A pesar de la reestructuración, Roche ha confirmado que Luxturna continuará en su portafolio y que sigue comprometida con la terapia génica. En octubre de 2023, la farmacéutica firmó un acuerdo con Dyno Therapeutics, en el que pagó 50 millones de dólares (45,88 millones de euros) por adelantado para desarrollar nuevos vectores virales destinados a administrar terapias génicas para enfermedades neurológicas. Este acuerdo podría alcanzar un valor total de más de 1.000 millones de dólares (917,56 millones de euros).
Mientras ajusta su enfoque en este campo, Roche sigue avanzando en su centro de innovación en terapia génica de 46.000 metros cuadrados en Filadelfia, en el que se comprometió a invertir 575 millones de dólares (527,59 millones de euros). La compañía espera que esta reorientación le permita optimizar su estrategia en un sector que, aunque prometedor, ha demostrado ser mucho más desafiante de lo esperado.