Este pasado miércoles Pfizer ha sufrido una caída en bolsa de casi el 7% provocando una pérdida de 11.000 millones de dólares (10.012 millones de euros) en capitalización del mercado. Esto sucedió tras el pronóstico de ventas de la compañía para el próximo año, donde aseguraban que estarían por debajo de las expectativas, alcanzando los 5.000 millones de dólares (4.551 millones de euros).
Si bien es cierto que durante la pandemia la vacuna Comirnaty y el tratamiento Paxlovid de la COVID-19 de Pfizer, generaron grandes beneficios para la compañía, los analistas aseguran que en la actualidad se espera una caída en sus ventas debido a que el mundo se recupera de la crisis sanitaria y se reduce la necesidad de estos medicamentos.
Durante el tercer trimestre las ventas de su vacuna bajaron un 70% y las de Paxlovid un 97%, en comparación con el mismo periodo del año anterior
Durante el tercer trimestre las ventas de su vacuna bajaron un 70% y las de Paxlovid un 97%, en comparación con el mismo periodo del año anterior. Esto es debido a que Pfizer, al igual que sus competidores, ha pasado de vender sus productos a los gobiernos a venderlos en el mercado comercial, teniendo que afrontar a una mayor competencia y a una reducción de la demanda. Todo ello, ha provocado que la compañía farmacéutica haya reducido los ingresos previstos por sus productos Covid-19 para final de este 2023 y para el año 2024. Ahora prevé que las ventas de Comirnaty sean de 13.500 millones de dólares (12.287 millones de euros) en 2023 y de 5.000 millones de dólares (4.551 millones de euros) en 2024, mientras que las de Paxlovid sean de 8.000 millones de dólares (7.281 millones de euros) en 2023 y de 3.000 millones de dólares (2.730 millones de euros) en 2024.
Asimismo, pronosticó que el rango por acción se situaría entre los 2,5 a los 2,25 dólares por acción, una ganancia ajustada para 2024 teniendo unas expectativas previas de 3,16 dólares. Estas cifras son inferiores a las previsiones de los analistas y a las estimaciones anteriores de la propia empresa.
GOLPE TRAS GOLPE
Los resultados de esas previsiones han ocurrido tras el comunicado de la empresa farmacéutica, donde afirma que realizaría una reorganización de su división oncológica para incluir Seagen, una biotecnológica que investiga medicamentos contra el cáncer. A su vez, en el comunicado asegura que debido a haberse hecho con esta empresa se ha producido un incrementó en su objetivo de reducción de costes en 500 millones de dólares (455 millones de euros).
No es una noticia que sorprenda a la industria, ya que durante los últimos meses Pfizer ha anunciado el cierre de numerosas instalaciones y, por tanto, el despido de cientos de empleados como medida para disminuir los costes. Sólo en el mes de noviembre, la farmacéutica ya anunció tres rondas de despidos y cierres de varias plantas, ejemplo de ello es la clausura de la fábrica ubicada en Sandwich, que abrió la puerta de salida a aproximadamente 500 empleados.
Todo ello generó una revolución para los inversores. La situación fue a peor cuando Ken Paxton, fiscal general de Texas, acusó el pasado mes a Pfizer y a su proveedor Tris Pharma de proporcionar medicamentos para el TDAH sabiendo que estos podrían ser ineficaces, todo ello enmarcado en el programa Medicaid, un programa de seguro de salud que ayuda a cubrir los gastos médicos de algunas personas con ingresos y recursos limitados.
La demanda alegaba que tanto Pfizer como Tris manipularon las pruebas de control de calidad del medicamento Quillivant XR
La demanda alegaba que tanto Pfizer como Tris manipularon las pruebas de control de calidad del medicamento Quillivant XR, con el objetivo de obtener resultados satisfactorios. Esto junto a la precipitada caída de las ventas de productos COVID, y los recortes de empleos y gastos, se sumó la noticia del pasado marte de que Angela Hwang, directora comercial y presidenta del negocio biofarmacéutico global de Pfizer, dimitiría de su cargo y que la empresa reorganizaría su negocio comercial, sin incluir la oncología, en dos divisiones, una centrada en Estados Unidos y la otra en el resto del mundo.
Esta mala racha que atraviesa Pfizer se ve reflejada en el valor de sus acciones, que durante los primeros nueve meses de 2023 registraron un desplome casi del 42%, una situación que se prevé que empeore debido a la ausencia de activos prometedores y a que se espera que varios productos de Pfizer pierdan la patente en los próximos años.