La crisis financiera que afecta a nivel global está empujando a las empresas biotecnológicas a buscar fuentes de financiación alternativas, dado que los canales tradicionales, como las ofertas públicas iniciales (IPOs) y las inversiones en capital de riesgo, han disminuido drásticamente.
Esta situación está intensificando la necesidad de que las empresas de biotecnología, especialmente las más pequeñas o en etapas tempranas de desarrollo, encuentren nuevas vías de acceso al capital, ya que sus operaciones son extremadamente costosas y de largo plazo debido a los altos costos asociados con la investigación y desarrollo, y los rigurosos procesos regulatorios que deben cumplir para llevar productos al mercado.
Según el informe de Bloomberglaw, desde la caída del mercado de las Empresas de Adquisición de Propósito Especial (SPACs por sus siglas en ingles) en 2021, las IPOs en el sector biotecnológico han sufrido un colapso significativo. En comparación con los picos históricos de inversión, el volumen de ofertas públicas en biotecnología se ha desplomado en un 89% entre 2021 y 2023.
El volumen de ofertas públicas en biotecnología se ha desplomado en un 89%
Este descenso drástico está forzando a las empresas a recurrir a otros métodos de recaudación de fondos, como las ofertas públicas posteriores (follow-on offerings) y el financiamiento privado en mercados públicos (PIPEs), opciones que, aunque viables, presentan sus propios desafíos y limitaciones.
En cuanto al aumento de las ofertas públicas posteriores, esta forma de financiación permite a las empresas que ya cotizan en bolsa recaudar más dinero emitiendo acciones adicionales. En los últimos años, las ofertas públicas posteriores han superado con creces a las IPOs en términos de capital recaudado. Según Dealogic, en 2023, las empresas estadounidenses recaudaron aproximadamente 132,7 mil millones de dólares (123,1 mil millones de euros) a través de follow-on offerings, mientras que las IPOs generaron solo alrededor de 9,6 mil millones de dólares (8,9 mil millones de euros).
Este mecanismo ha proporcionado un salvavidas financiero a muchas empresas, permitiéndoles mantener sus operaciones y continuar con la I+D. Sin embargo, también implica una dilución de las acciones existentes, lo que disminuye el valor para los accionistas actuales. A pesar de esta desventaja, las ofertas públicas posteriores siguen siendo una de las principales opciones para recaudar capital en un mercado volátil y con aversión al riesgo.
PIPEs: una solución controversial pero necesaria
Otra opción de financiación que ha ganado popularidad en el sector biotecnológico es la inversión privada en capital público (PIPEs). Este mecanismo permite a las empresas recaudar capital de inversores privados mediante la venta de acciones sin tener que pasar por el proceso público de una oferta registrada en el mercado. Aunque las PIPEs han sido tradicionalmente vistas como una opción de último recurso, han adquirido mayor relevancia debido a la actual sequía de financiamiento en los mercados públicos.
Las PIPEs, sin embargo, tienen sus propios inconvenientes. Este tipo de financiación suele requerir que las empresas proporcionen a los inversores información privilegiada no disponible para el público general, lo que puede generar tensiones con los accionistas existentes. Además, los inversores de PIPEs a menudo exigen incentivos adicionales, como opciones o bonos convertibles, que pueden diluir aún más las acciones en circulación, afectando el valor de mercado de la empresa.
A pesar de estos desafíos, las PIPEs han sido cruciales para muchas empresas de biotecnología en los últimos años. En el primer trimestre de 2024, se cerraron doce acuerdos PIPE valorados en al menos 50 millones de dólares (46 millones de euros), lo que representó un aumento significativo en comparación con los dos años anteriores. Esta tendencia refleja la creciente dependencia de este tipo de financiación en un entorno de inversión incierto.
Además de las dificultades para acceder a financiación, las biotecnológicas también enfrentan incertidumbre regulatoria
Por otro lado, además de las dificultades para acceder a financiación, las empresas biotecnológicas también enfrentan incertidumbre en el ámbito regulatorio. La complejidad del proceso de aprobación de fármacos, combinado con la creciente presión para cumplir con normativas más estrictas en temas como la transparencia y la seguridad de los datos, ha incrementado los costes operativos de estas empresas.
Ante estos desafíos financieros y regulatorios, muchas empresas biotecnológicas han optado por estrategias de colaboración. Las alianzas con grandes farmacéuticas se han convertido en una solución popular para acceder a los recursos necesarios para continuar con la I+D. Estas asociaciones permiten a las empresas más pequeñas compartir los costes y riesgos asociados con el desarrollo de nuevos fármacos, a la vez que se benefician del conocimiento y la infraestructura de sus socios más grandes.