Acusan a Pfizer de usar su vacuna para "silenciar a los gobiernos y maximizar las ganancias"

Los contratos muestran que Pfizer controla las donaciones de vacunas y los horarios de entrega, y prohíbe la discusión pública de los acuerdos por parte de los gobiernos.

Albert Bourla, CEO de Pfizer
Albert Bourla, CEO de Pfizer
Salud35
2 noviembre 2021 | 16:00 h

Un nuevo informe de Public Citizen ha revelado hasta qué punto la compañía farmacéutica Pfizer intimida a los gobiernos en las negociaciones de la vacuna COVID-19, incluida la prohibición de que los gobiernos discutan los acuerdos sin la aprobación de Pfizer, manteniendo el control unilateral para tomar decisiones clave e incluso obteniendo una exención de propiedad intelectual por sí mismo.

"Pfizer se está aprovechando de la desesperación de los países", ha señalado Peter Maybarduk, director del programa de Acceso a los Medicamentos de los Ciudadanos Públicos, quién ha criticado que mientras que la mayoría de ellos se han sacrificado durante la pandemia, "Pfizer fue al revés utilizando su control de las escasas vacunas para ganar privilegios especiales de personas que tienen pocas opciones".

En febrero, según ha publicado Public Citizen, la compañía fue acusada de "intimidar a los gobiernos en una historia publicada por la Oficina de Periodismo de Investigación". Public Citizen ha identificado varios contratos de Pfizer, incluso con Brasil, Colombia, la Comisión Europea y Estados Unidos que ofrecen una idea de "cómo la farmacéutica ha ganado el poder de reducir el suministro, cambiar el riesgo y maximizar las ganancias durante los peores momentos de la pandemia".

Los contratos muestran que Pfizer controla las donaciones de vacunas y los horarios de entrega, y prohíbe la discusión pública de los acuerdos por parte de los gobiernos

Precisamente, el informe describe cómo Pfizer utiliza sistemáticamente seis tácticas para aprovechar el poder contra los gobiernos de todo el mundo. Primero, "Pfizer silencia a los gobiernos mediante el uso de disposiciones de no divulgación en muchos de sus contratos. Brasil, por ejemplo, tiene prohibido hacer cualquier anuncio público sobre la existencia o los términos del contrato o comentar sobre su relación con Pfizer sin el consentimiento previo por escrito de Pfizer", revela.

En segundo lugar, según detallan, Pfizer puede impedir que los gobiernos acepten donaciones adicionales de su vacuna, y en tercer lugar, indican, "Pfizer se exime de responsabilidad por infracciones de propiedad intelectual, trasladando el riesgo financiero de las acciones de Pfizer a los compradores gubernamentales, a pesar de la oposición de la compañía a exenciones similares para los fabricantes propuestas en la Organización Mundial del Comercio".

De igual modo, añaden, la empresa otorga el poder a árbitros privados secretos, no a tribunales públicos, para decidir cuestiones sobre disputas contractuales y exige que algunos países renuncien a la inmunidad soberana, por lo que puede perseguir los activos estatales en caso de una disputa. Finalmente, "Pfizer se otorga a sí mismo el poder exclusivo cuando se trata de tomar decisiones clave, incluida la forma en que se priorizarán las entregas de vacunas si hay escasez de suministro", afean.

“A puerta cerrada, Pfizer ejerce su poder para extraer una serie de concesiones preocupantes de los gobiernos”, ha indicado Zain Rizvi, autor del informe, a la vez que ha reiterado que "la comunidad global no puede permitir que las corporaciones farmacéuticas sigan tomando las decisiones”.

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